MUY PERSONAL

El uruguayo, siempre con la Biblia como referencia, aprende el exigente oficio de ser central en el Barça marcando al argentino en los entrenamientos

No lo dudó ni un solo instante. En cuanto Ramon Planes, entonces director deportivo del Getafe, recibió la llamada de Sergio Cabrera, padre del jugador del Espanyol y entrenador del Rentistas, un equipo uruguayo de la Segunda división, hablándole de Ronald Araújo, tomó un avión y se fue a verle en directo. No pudo ficharlo para el club madrileño pero fue uno de los primeros trabajos que realizó como adjunto a la secretaría técnica del Barcelona en 2018. Se adelantó por una semana a Ramón Martínez, que lo pretendía para el Real Madrid. «El destino estaba marcado para ir al mejor fútbol de mundo, y a un grande. Le tocó el Barça», asegura Cabrera, que también destaca las cualidades goleadoras de Araújo, un central que estuvo jugando como delantero hasta juveniles.

Después de más de 40 fichajes para el filial, el Barcelona parece haber acertado con el uruguayo, por el que tuvo que pagar 1,7 millones de euros a Boston River más unas posibles variables cifradas en 3,5 millones más. Aunque Valverde se lo llevó de gira estival por Japón, debutó la pasada temporada con el primer equipo y jugó de forma esporádica, no ha tenido continuidad hasta ahora. La mala suerte de Gerard Piqué al doblarse la rodilla en el Wanda Metropolitano fue una oportunidad para Araújo, que se ha convertido en uno de los fijos de Koeman, que le ha dado la titularidad en 12 de los últimos 13 encuentros (en Granada se cayó del once durante el calentamiento por unas molestias musculares).

«Lo veo reflejado en mí. Yo llegué al Barça tras la lesión de Goiko. Fui convocado, pero el titular era Juan Carlos y cuando éste se lesionó empecé a