ABC (Andalucía)

La encina milenaria más grande de Andalucía se muere

«La Peana», con 1.300 años, más de 15 metros de perímetro y 19 de altura, sufre graves grietas que sentencian su salud

- RAQUEL PÉREZ

Hace unos seis meses se daba la voz de alarma sobre uno de los Monumentos Naturales más importante­s de Andalucía. «La Peana», la encina milenaria de mayor edad y tamaño de la comunidad presentaba un gran deterioro y diferentes asociacion­es pidieron la intervenci­ón urgente de la Consejería de Agricultur­a de la Junta de Andalucía para evitar males mayores.

La muerte de este ejemplar ubicado en la finca privada El Serval en el término municipal de Serón en Almería parece inevitable y su final se espera en cualquier momento. La encina presenta un avanzado estado de envejecimi­ento apreciable en su tronco flanqueado por una gran grieta y en sus ramas principale­s.

Las actuacione­s realizadas por los técnicos de la Consejería no han podido remediar el estado de salud de «La Peana», así lo han reflejado en el informe trasladado a la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz. «Por muchos esfuerzos que se realicen, tan solo se conseguirá retrasar su muerte, lo que puede pasar en cualquier momento. Se encuentra en un avanzado proceso de senescenci­a, que resulta imparable y terminará con el fallecimie­nto del ejemplar como ocurre con cualquier otro ser vivo», indica el escrito.

Una gran abertura recorre a lo largo su tronco, una fisura que está rompiendo su pilar principal.

Fue el propietari­o de los terrenos, Manuel Pérez quién alertó este verano de estos peligros y así, desde junio del pasado año los agentes de Medio Ambiente han visitado cada dos o tres días la encina para comprobar la evolución de la hendidura.

«Era como ver a una enferma en la

UCI, solitaria y sin árboles a su alrededor», han descrito en ocasiones la situación del ejemplar. La nieve y el viento de los últimos meses no han hecho más que agravar los daños a pesar de haber recibido ayuda en sus pesadas ramas con puntales para evitar su rotura. También se colocaron sujeciones para fomentar el empuje y unión de las partes separadas por la grieta, y se podó la rama principal afectada por la apertura.

«La Peana» está cada vez más cerca de decir adiós a la Sierra de Los Filabres, una «gran señora», como muchos la llaman, que preside estos montes y que ha sido testigo del paso del tiempo. Uno de los grandes vestigios del bosque mediterrán­eo que en otros tiempos dominaba el paisaje de este entorno.

La encina ha sobrevivid­o a la sobreexplo­tación del bosque de la sierra, declarada Monumento Natural en 2019, y según el último catálogo elaborado por la Consejería de Agricultur­a, es milenaria y la más grande de Andalucía. Destaca por el tamaño de su fuste y las proporcion­es de su copa, con una estructura monumental a la vez perfectame­nte equilibrad­a. Su altura alcanza los 18 metros y el diámetro de su copa los 20 metros, con una cruz amplia formada por cuatro ramas maestras que se subdividen en una tracería abarcando una proyección de 300 metros cuadrados.

El árbol más grande de Andalucía y también el más longevo, con más de 1.300 años. Su nombre se debe a la gran peana que presenta con casi 15 metros de perímetro que actúan como un pedestal, resaltando su perfección. Para poder abrazar su imponente tronco hacen falta más de diez personas con los brazos bien estirados.

«A pesar del paso de los siglos, de las inclemenci­as climáticas y naturales, de la acción continuada de animales y del ser humano, la encina se mantenía hasta ahora soberbia, como si nada de ello le hubiese afectado lo más mínimo», explicaron desde la Asociación Amigos de la Alcazaba. Sus bellotas dieron de comer a los ganados y a los habitantes de las cortijadas que en épocas de sequía y hambrunas también recibieron su sustento.

Esta encina, ejemplar único, forma parte de la cultura natural de la provincia y un orgullo para los vecinos de Serón.

Ahora, próxima a su muerte, «La Peana» se unirá al triste listado de árboles milenarios desapareci­dos en el entorno. El Grupo Ecologista Mediterrán­eo recordó que «el deterioro de los grandes árboles acabó hace cuatro años con otra encina» afectada por similares grietas, el «Marchal del Abogado» recordaba con su belleza los paisajes anteriores al expolio vegetal que se produjo con el «boom» de la minería. En el siglo XIX, empresas inglesas y holandesas cortaron sin contemplac­iones la mayor parte de los grandes árboles que existían en esta sierra almeriense. Poco a poco fueron desapareci­endo las encinas para usarlas como madera para las galerías de las minas y como combustibl­e para las fundicione­s en Las Menas en Serón. Solo algunos propietari­os lograron que sus ejemplares no fueran devastados a pesar de las presiones. «La Peana» supervivie­nte de esa lucha pierde lahora a batalla contra el paso del tiempo.

Monumento Para abrazar su imponente tronco hacen falta más de diez personas con los brazos bien

estirados

Enferma «Pasamos cada dos o tres días y es como ver a una paciente en UCI,

solitaria y sin árboles alrededor»

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