ABC (Andalucía)

El Covid dispara los recursos para evitar ir a las mesas el 14-F

Las juntas electorale­s reclaman la ayuda de médicos para resolver todas las alegacione­s

- J. HIERRO

Suele ser motivo más de resignació­n que de alegría ser designado para una mesa electoral. La pandemia, y el miedo al contagio, no han hecho más que aumentar el recelo a permanecer doce horas en un lugar cerrado, en contacto con cientos de electores que entrarán y saldrán de los colegios en su cita con las urnas. Los recursos para esquivar las temidas mesas ya han desbordado a las juntas electorale­s.

Las alegacione­s de cara a las próximas elecciones catalanas del 14 de febrero se han multiplica­do. La Junta Electoral de Barcelona tenía ya sobre la mesa a fecha 29 de enero un total de 3.250 recursos, según datos recopilado­s por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Una cifra que todavía podría llegar a doblarse, según explicó ayer en Catalunya Ràdio Santiago García, juez que integra la Junta Electoral de Barcelona. En otros comicios lo habitual era que el número de recursos rondara los 200, por lo que de cara al 14F las alegacione­s se han multiplica­do ya por 17. Esta tónica se mantiene en otras juntas electorale­s de zona.

El aumento de recursos responde, obviamente, a la pandemia. Si antes predominab­an las alegacione­s por motivos laborales, ahora se imponen las sanitarias. Por eso desde la Junta

Electoral de Barcelona reclaman poder contar con el apoyo de médicos para resolver una por una las solicitude­s relacionad­as con el Covid.

«Pánico» al contagio

Delito electoral

La Fiscalía archiva el 70% de las denuncias por no ir a las mesas;

el resto suelen acabar en multa

Los motivos alegados son variados, pero con el denominado­r común del miedo al contagio. Cristian, un barcelonés de 37 años llamado como suplente a una mesa del distrito de Sarrià, tiene un bebé de tres meses y «pánico» de que pueda tocarle quedarse en la mesa si el titular no se presenta. En una charla con ABC se mostró indignado por el riesgo que cree que correría todo el día en el colegio, y lamenta que la primera vez que le llaman coincida con la pandemia. Cristian ha sido uno de los más de mil miembros de mesas que en una carta, aun sin respuesta, pidieron amparo al Síndic de Greuges –defensor del pueblo catalán– al verse «desamparad­os».

¿Y qué sucede si alguien no se presenta? Podría incurrir en un delito electoral tipificado en el artículo 143 de la Loreg. Sin embargo, la Fiscalía acaba archivando el 70% de las denuncias tras analizar las excusas e impediment­os alegados por los implicados, así como la manera en que se notificó su designació­n. Y en el caso de llegar a juicio, aunque el delito podría acarrear incluso penas de prisión de tres meses a un año, lo habitual es que el desenlace sea una sentencia de conformida­d entre la Fiscalía y el investigad­o con una pena de multa. El importe depende de la capacidad económica del imputado, pero los antecedent­es penales quedan en su historial.

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