ABC (Andalucía)

Maduro ofrecerá elecciones regionales libres a cambio de seguir hasta 2025

∑Henrique Capriles se perfila como el nuevo hombre fuerte de la oposición para una negociació­n auspiciada por Europa y Estados Unidos

- GABRIELA PONTE/ALEXIS RODRÍGUEZ

a llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca ha hecho que los principale­s actores de la crisis venezolana muevan ficha. Chavismo y oposición, como protagonis­tas principale­s, y EE.UU. y Unión Europea, como mediadores, se han lanzado desde hace varios meses a una intensa y muy discreta ronda de conversaci­ones premilimar­es que desemboque­n en una negociació­n más o menos directa. El objetivo sigue siendo sacar al país del atolladero social, político y económico que vive bajo la mano férrea de Nicolás Maduro. Ayer se conoció que una delegación noruega viajó a Caracas el pasado martes para sondear la situación sobre el terreno y se reunió el mismo día con el interlocut­or oficial de Europa y presidente interino, Juan Guaidó, en su casa a las 21.00 hora local (2.00 de la madrugada en España) quien ratificó a sus invitados su disposició­n a contribuir a una solución «seria y sin doble agenda» de la crisis venezolana, según pudo conocer ABC. Ayer, el Gobierno de Nicolás Maduro se reunió también con los noruegos. «Para nosotros es rutina reunirnos con Noruega, Europa, España y EE.UU., lo que es una novedad es que la dictadura se reúna con ellos», dijo Guaidó a los medios tras conocerse la noticia.

La buena disposició­n que está mostrando Maduro fue premiada por la Administra­ción Biden con varios guiños al régimen chavista▶ hace diez días Cabo Verde autorizó que Álex Saab, testaferro de Maduro, pasara a arresto domiciliar­io, y ayer mismo Washington ordenó el levantamie­nto de las sanciones a algunas transaccio­nes necesarias para las operacione­s ordinarias de puertos y aeropuerto­s venezolano­s.

EE.UU. y Europa, con el Alto Representa­nte de Política Exterior, Josep Borrell, y con la participac­ión del expresiden­te español José Luis Rodríguez Zapatero, se han coordinado para buscar una salida a la crisis a través de unas elecciones libres, transparen­tes y democrátic­as. ABC pudo conocer por fuentes próximas a las negociacio­nes los puntos que cada parte está dispuesto a ofrecer y lo que pide a cambio.

El chavismo, a través de Jorge Rodríguez,

Lpresident­e de la Asamblea chavista, está dispuesto a negociar una mayor paridad en el Consejo Nacional Electoral (CNE) y en el Tribunal Superior de Justicia para conseguir que la oposición acepte concurrir este año a unas elecciones regionales con garantías democrátic­as y validadas por la comunidad internacio­nal. En ningún caso acepta elecciones presidenci­ales «porque no tocan hasta 2025», apuntan fuentes cercanas al chavismo consultada­s por ABC. El chavismo considera que las elecciones que dieron el poder a Maduro en 2018 son democrátic­as y justas y este puede seguir en el poder hasta esa fecha. Por ello, la propuesta del gran diálogo nacional anunciada públicamen­te por Rodríguez, pretende abrir un nuevo escenario político de intercambi­o de concesione­s y garantías a la oposición. Pero él espera, como ha sabido ABC, que a cambio Washington levante las sanciones personales a los jerarcas del chavismo.

Rodríguez quiere por último que la oposición libere entre 30 a 40 millones de dólares de los fondos del Gobierno interino (dados por Trump a Guaidó) para comprar vacunas contra el Covid19 y así atender la emergencia sanitaria derivada de la pandemia. En definitiva, la propuesta chavista busca legitimar las elecciones parlamenta­rias del pasado 6 de diciembre y, aún más grave, las presidenci­ales de mayo de 2018, no reconocida­s por la comunidad internacio­nal. Por su parte, la UE y EE.UU. quieren unas elecciones presidenci­ales libres sin Maduro ni Guaidó. Según las fuentes consultada­s, Europa cree que el partido oficialist­a PSUV es lo suficiente­mente fuerte para medirse en unas elecciones con la oposición.

Nuevos actores

ABC pudo saber que EE.UU. ha abierto dos nuevas vías para influir en este nuevo escenario. Desde el mes de octubre Biden tiene un canal de comuniació­n con Maduro a través del en

cargado de negocios de EE.UU. en Venezuela (aunque está en Colombia) James B. Story. La segunda vía es Henrique Capriles Radonski, que ha movido bien sus fichas y ahora juega un papel fundamenta­l en las conversaci­ones.

Uno de los nuevos responsabl­es de la diplomacia norteameri­cana para Latinoamér­ica es el venezolano Leopoldo Martínez Nucete, colaborado­r cercano de Capriles, que es quien ha tendido puentes entre Biden y el opositor desde noviembre. Según fuentes consultada­s en EE.UU., Biden tiene más afinidad con Julio Borges, actual canciller del Gobierno interino y militante del mismo partido de Capriles, que con el actual embajador en Washington, Carlos Vecchio, por «la posición tan pro-Trump que tomaron varios miembros de su partido Voluntad Popular». En la misma línea de Capriles, se encuentran varios opositores como el exdiputado Stalin González, líder de Un Nuevo Tiempo (UNT). Preguntado por ABC, González explica su postura en la negociació­n▶ «Hay que resolver el problema de fondo que es el 20 de mayo de 2018 (las elecciones presidenci­ales de Maduro que no fueron reconocida­s por el mundo) y no sumar más problemas a la lista». Recuerda

Pieza clave

El venezolano Leopoldo Martínez es el responsabl­e de Latinoamér­ica de Biden, y buen amigo de Capriles

que Venezuela está sancionada por EE.UU. por estas elecciones y que la vía podría ser «negociar unas elecciones anticipada­s, nuevas elecciones o un revocatori­o». El líder de UNT asegura a ABC que las regionales pueden entrar en la lista de negociació­n, pero «Maduro tiene que dar garantías y por ejemplo no nombrar más gobiernos regionales o locales paralelos donde pierden, y respetar la institucio­nalidad».

El Gobierno interino de Juan Guaidó es otro actor clave en este nuevo capítulo. Fuentes del equipo de la Presidenci­a interina aseguran a ABC que ellos podrían buscar condicione­s y garantías para ir a unas elecciones regionales «siempre y cuando el gobierno se comprometa a hacer el revocatori­o (para expulsar a Maduro), que toca constituci­onalmente en 2022 de una manera limpia y democrátic­a».

Ningún proceso negociador puede salir adelante si no participan todos los partidos políticos que representa­n a los venezolano­s, incluidos aquellos que estén más alejados de las posiciones chavistas, porque como bien dice un veterano opositor al régimen, «si no participan todos no hay democracia, porque la democracia o es de todos o no es de nadie».

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