ABC (Andalucía)

La mala y fabricada fama de los jóvenes «influencer­s»

El documental de HBO «Fake famous» cuenta lo fácil que es comprar seguidores

- ÓSCAR RUS

da», «La vida por delante» (Italia), «Minari» (que, a pesar de ser una producción norteameri­cana, la HFPA la considera extranjera) y «Two of Us» (Francia).

Sin tele en abierto

De nuevo Netflix arrasó en las nominacion­es de televisión y consiguió 20 menciones, casi el doble que su segundo perseguido­r, HBO, que se queda con 12. Lejos quedan las seis de Hulu, las tres de Amazon, las escasas dos de Apple Tv y una sola, «Mandaloria­n», de Disney.

Las mejores series dramáticas del año de la pandemia, según los expertos de la HFPA, son «The Crown», «Territorio Lovecraft», «The Mandaloria­n», «Ozark» y «Ratched». No han arriesgado nada tampoco en las mejores comedias, donde brillan «Emily in Paris», «The flight attendant», «The Great», «Schitt’s Creek» y «Ted Lasso». Lo mismo, con las mejores miniseries, donde «Normal People», «Gambito de dama», «Small Axe», «The undoing» y «Unorthodox» estaban en las quinielas. La única sorpresa parece la ausencia de «Podría destruirte», la rompedora serie de HBO que se ha quedado fuera de todas las categorías.

Así las cosas, la gala de los Globos de Oro, que se celebrará el próximo 28 de febrero, promete dilucidar lo mejor de la temporada en las pantallas –de casa, sobre todo–. Un año, el de la pandemia, donde Netflix y el resto de plataforma­s se quedaron con el mercado y las nominacion­es. Habrá que ver si también con los premios.

En un capítulo de la serie «Evil», unos influencer­s venden literalmen­te su alma al diablo para ser relevantes. En «Fake famous», documental ya disponible en HBO España, el diablo es Instagram, la red social que sus protagonis­tas, tres jóvenes estadounid­enses sin oficio ni beneficio, utilizan como ascensor social. Porque ya no hace falta ser un músico, un actor o un deportista para ser un referente. Ni siquiera hace falta concursar en un «reality», otrora atajo. El famoso era famoso por ser famoso. Ahora, con presumir de «estilo de vida» en internet y subir varias fotos al día es suficiente, aunque sea falso. Es lo que intenta demostrar y desmontar su director, el periodista Nick Bilton.

Cinco mil personas se presentaro­n a un «casting» que preguntaba▶ «¿Quieres ser famoso?». De ahí salieron los protagonis­tas de «Fake famous», a quienes el periodista compra muy fácilmente seguidores, o sea, robots que fingen ser personas. Cien dólares a cambio de diez mil seguidores. Y para ello hay que engañar al algoritmo, pues la subida no puede ser súbita y debe haber un equilibrio entre los «me gusta» y los comentario­s.

Muchas de las fotos publicadas son falsas, pero también son la moneda de cambio para una experienci­a real y gratis▶ un viaje a Las Vegas, una sesión en un gimnasio… Porque el dinero que ganan famosas como Kim Kardashian (o Anabel Pantoja) sí es real, aunque las agencias que las contratan no sepan realmente qué funciona. «Es como tirar espaguetis a la pared», resume Nick Bilton en «Vanity Fair». Un trozo de mantequill­a con canela puede ser un delicioso postre en pantalla. Y con la tapa de un váter y una pantalla se puede emular una ventanilla de avión con vistas paradisíac­as.

«Prefiero ser influencer que trabajar en un restaurant­e», dice Dominique Druckman, una de las protagonis­tas y la única dispuesta a todo. Otro prefiere ser «real y pobre» que «rico y falso». Pero, ¿qué demonios es un influencer? «Alguien mitad empresario, mitad celebridad», explica uno de los testimonio­s del documental. Más

Cambio

Ya no se es famoso por ser deportista o cantante, pues basta con vender un «estilo de vida»

en Instagram

pistas▶ «Alguien que tiene muchos seguidores». «Alguien que se promociona a sí mismo o a marcas». Porque, como apunta el periodista, quizás el problema es no llamar a las cosas por su nombre▶ vendedores de una vida a la que aspiran sus seguidores. No todo son cuerpazos, bikinis y playas, pues hay todo tipo de influencer­s (hasta de decoración) y para algunos es una manera de reivindica­r su identidad como latinos y negros o una causa como el feminismo y el ecologismo.

Pero las consecuenc­ias pueden ser fatales para el influencer (a uno de los protagonis­tas del documental le genera ansiedad dicha pose) y el influencia­do. Los universita­rios, adictos al teléfono y las redes sociales, son quienes más lo sufren y uno de los efectos más perjudicia­les es hacia su autoestima, explica a ABC la psicóloga Dafne Cataluña. Una de las «grandes enemigas» de la autoestima es precisamen­te la comparació­n, deporte internacio­nal en Instagram▶ «Resaltar lo que la otra persona tiene muy bonito o le caracteriz­a muchísimo y nosotros no tenemos».

«Es muy probable que, además de admiración, se despierten sentimient­os de envidia», añade el psicólogo de iFeel Rafael San Román. El director de «Fake famous» es más directo▶ «La cultura influencer está diseñada para hacerte sentir como una mierda». Hasta él mismo, que escribe sobre las redes sociales desde su inicio, cayó en la trampa durante el confinamie­nto▶ «Pensé que mi vida era aburrida y me sentía fatal».

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Mejor director (D. Fincher) Mejor película de drama Mejor actor: Gary Oldman Actriz de reparto: A. Seyfried Mejor guion (Jack Fincher) Mejor banda sonora
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Fotograma de «Fake famous»

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