Tres diplomáticos, expulsados por apoyar al opositor
Merkel y Macron condenan la medida y Alemania avisa de que tendrá consecuencias
ses de la UE. El Alto Representante europeo dijo que el fármaco ruso «es una buena noticia para la humanidad porque significa que vamos a tener más herramientas para afrontar la pandemia». Borrell señaló que la certificación de la Spútnik V por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que permitiría ser administrada en los países europeos, «abriría otra vía dado que estamos haciendo frente a una escasez de suministros de vacunas». Lavrov corroboró que en la UE «hay varios países interesados en producir la Spútnik V en su territorio».
Las relaciones entre Bruselas y Moscú se deterioraron seriamente después de que Rusia se anexionara Crimea, en marzo de 2014, y atizase una guerra en el este de Ucrania entre las tropas de Kiev y los sublevados separatistas. Las sanciones impuestas a partir de entonces, que tuvieron su réplica por parte de Rusia, y el envenenamiento de Navalni contribuyeron a enrarecer todavía más el ambiente. La visita a Moscú de Borrell ha dividido a los países de la UE entre quienes consideran que no había que haberla efectuado y los que opinan que hay que aprovecharla para expresar claramente el punto de vista europeo en relación con todos los problemas que empañan las relaciones.
En plena visita a Moscú de Josep Borrell, el Ministerio de Exteriores ruso, con cuyo titular, Serguéi Lavrov, se reunió, anunció ayer la expulsión de tres diplomáticos europeos, uno alemán, otro polaco y un tercero de Suecia. El motivo, según la Cancillería rusa, fue haber participado en manifestaciones de protesta «ilegales» en demanda de la liberación del líder opositor, Alexéi Navalni.
Con anterioridad, el ministerio ruso había citado a responsables diplomáticos de las tres embajadas para presentarles sendas quejas por la asistencia a las acciones de protesta de empleados de los consulados generales de Suecia y Polonia en San Petersburgo y de la Embajada de Alemania en Moscú.
Los tres países concernidos lamentaron la decisión de Moscú y advirtieron de la posibilidad de responder también con expulsiones. La canciller alemana, Angela Merkel, consideró las expulsiones «injustificadas». «Creemos que es otro aspecto más que se puede observar ahora mismo del hecho de que Rusia está muy alejada del Estado de derecho», aseguró durante un encuentro por videoconferencia con