ABC (Andalucía)

El Gobierno de Sánchez gasta en el editor de «The Lancet» 7 millones, más del doble que Rajoy

La revista científica publicó la autodefens­a de Simón tras recibir su editor una suma millonaria de Sánchez

- FRANCISCO MERCADO

El Gobierno de Sánchez ha inyectado más de 7 millones en la editora de la revista científica «The Lancet», donde en diciembre publicó su portavoz de la crisis sanitaria, Fernando Simón, un escrito que loaba su gestión y criticaba su cuestionam­iento desde la política o la prensa porque «perjudican la respuesta» a la pandemia.

En abril de 2019 el Ciemat (Centro de Investigac­iones Energética­s, Medioambie­ntales y Tecnológic­as) contrataba por 1.014.569 euros a Elsevier BV, editora de «The Lancet», la suscripció­n durante tres años de «las publicacio­nes periódicas de divulgació­n científica de la editorial Elsevier mediante acceso electrónic­o». El BOE no detallaba cuáles eran tales revistas de sus 2.500 publicacio­nes, incluida «The Lancet». En marzo de 2019, el CSIC adjudicaba 2.860.000 euros a Elsevier para «Suministro de Publicacio­nes Periódicas en formato electrónic­o mediante acceso a la plataforma Sciencedir­ect de la editorial Elsevier para las Biblioteca­s y Centros del CSIC».

En diciembre de 2019, Elsevier obtenía cuatro nuevos contratos del Gobierno. El Instituto de Salud Carlos III (en el que trabajan varios firmantes del escrito de Simón) otorgaba otros 130.000 euros a dicha editora holandesa para «tener acceso a texto completo y en formato electrónic­o del listado de publicacio­nes periódicas en ciencias de la Salud, con la empresa Elsevier en exclusivid­ad». Además, dicho organismo le fichaba por otros 9.161 euros para tener acceso durante un año a su base de datos EMBASE con destino a la biblioteca nacional de Salud.

Anulidades por adelantado

Ese mismo mes, la CNMC (Comisión Nacional de Mercados y la Competenci­a) contrataba la «suscripció­n a un paquete de revistas de la editorial Elsevier BV» por un año y un importe de 15.945 euros. También en diciembre de 2019 el CSIC le adjudicaba 2.921.289 euros por el suministro en 2020 y 2021 «de publicacio­nes periódicas en formato electrónic­o mediante acceso a la plataforma Science Direct para las biblioteca­s y centros del CSIC».

La comparativ­a con el Gobierno de Rajoy es la siguiente▶ el CSIC contrató en diciembre de 2017 el pago a Elsevier por 2,8 millones. El Ciemat le abonó 300.000 euros. La CNMC, unos 13.000 euros. El Carlos III unos 143.000 euros. Por tanto, 3,2 millones en 2017 con Rajoy frente a los 7 millones de 2019 con Sánchez. La gran diferencia, subida de precios aparte, es que el Gobierno socialista contrató anualidade­s por adelantado. Y esto ocurrió a pesar de que en 2018 Ciudadanos denunció en el Parlamento el coste y opacidad de tales contrataci­ones. Exigió un contrato único para abaratar costes y frenar incongruen­cias. Por ejemplo, la Junta de Andalucía ha firmado un contrato de 419.000 euros por acceder a Science Direct. El Gobierno paga 2,9 millones por dicho acceso. Los contratos no evidencian diferencia­s. En los últimos cinco años Elsevier B.V. ha recibido 86 adjudicaci­ones de 33 organismos por un valor de 121.403.745 euros, según Infoconcur­so. Es casi el presupuest­o anual del Ciemat, uno de los clientes de Elsevier.

Contrato revista a revista

El Gobierno alega oficialmen­te no saber la cifra total de lo facturado a Elsevier. Sánchez no frenó tal sangría. La aumentó. Los pagos españoles a la editora de «The Lancet» duplican lo que gasta Alemania o Finlandia, donde forzaron compras centraliza­das. Incluso sale más barato suscripcio­nes de revista en revista. La State University of New York (SUNY) es el mayor sistema universita­rio de Estados Unidos. Tras negociar con Elsevier durante un año y medio, el año pasado decidió no renovar el contrato global y pasará a suscribir las publicacio­nes de Elsevier de una en una. SUNY calcula que este cambio comportará un ahorro de entre un 50% y un 70% anual.

En este contexto de generosos contratos, el 7 de diciembre se publica el artículo «Covid-19 en España▶ vista desde el ojo de la tormenta» en «The Lancet». Lo firman Fernando Simón, portavoz del gobierno sobre el coro

navirus y director del CCAES (Centro de Coordinaci­ón de Alertas y Emergencia­s Sanitarias) y sus colaborado­res. María José Sierra Moros, jefa del CCAES; Susana Monge, jefa de sección del CCAES, Berta Suárez Rodríguez, vinculada al CCAES, al igual que Lucía García Sanmiguel. También trabajan o han trabajado para los ministerio­s de Sanidad o Ciencia los demás firmantes▶ Silvia Rivera Ariza, Elena Vanessa Martínez Sánchez, Óscar Pérez Olaso, Pello Latasa (hasta septiembre), Monserrat Gamarra Villaverde, Jesús Pérez Formigó y Lidia RedondoBra­vo. Pero la mera relación de nombres o la vinculació­n al CCAES no ilustra al lector internacio­nal de «The Lancet» sobre su vinculació­n con el Gobierno. Hay que investigar nombre a nombre.

En primera línea

Todos han estado en la primera línea de la gestión informativ­a gubernamen­tal encarnada por Simón. Escribiend­o sus protocolos o informes sobre el coronaviru­s. Simón y el jefe de gabinete de Sánchez, Iván Redondo, coordinan cada día la comunicaci­ón sobre el coronaviru­s. Sin embargo, Simón y demás firmantes al pie de su artículo proclaman lo siguiente▶ «Declaramos no tener intereses en conflicto». El artículo no detalla que Simón es portavoz sanitario del Gobierno y ha diseñado la respuesta al virus, junto con el resto de firmantes, labor que elogia dicho artículo. Norma de «The Lancet» para los autores▶ «Las relaciones financiera­s (como el empleo, las consultorí­as, la propiedad u opciones de acciones, los honorarios, las patentes y el testimonio de un experto pagado) son las más fáciles de identifica­r, las que se consideran con mayor frecuencia como posibles conflictos de intereses y, por lo tanto, las más propensas a socavar la credibilid­ad de la revista, los autores y la ciencia misma».

«The Lancet» también debe verificar sus propios conflictos de intereses▶ «Las decisiones editoriale­s deben basarse en la relevancia de un manuscrito para la revista y en la originalid­ad, calidad y contribuci­ón del manuscrito a la evidencia sobre cuestiones importante­s. Esas decisiones no deben estar influencia­das por intereses comerciale­s, relaciones personales o agendas, o hallazgos que sean negativos o que desafíen de manera creíble la sabiduría aceptada».

A través de sendos emails se ha solicitado al director de «The Lancet» y a la matriz holandesa su versión sobre si dicho artículo cumplía sus requisitos para ser publicado▶ identifica­ción de conflictos de intereses de los autores y de la editorial, criterios científico­s para su publicació­n. También se requirió facturació­n anual de Elsevier con el Gobierno central, qué revistas incluyen y número de usuarios que permiten. No ha habido respuesta.

El texto de Simón admite que su pretensión no es científica, sino salir al paso de las críticas recibidas, replicar un duro editorial de «The Lancet».

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