ABC (Andalucía)

El tren que secó al pueblo dos veces

Trece años después de perforar sus acuíferos en la obra del AVE, Adif quiere dejar de llevar agua al Valle de Abdalajís

- PABLO MARINETTO MÁLAGA

Dos caras, como las monedas, tiene la historia del tramo de AVE que conecta Málaga con Córdoba a través de la comarca de Antequera. Poder llegar de Madrid a la Costa del Sol en poco más de dos horas ha supuesto para los vecinos de Valle de Abdalajís una pesadilla que va ya para catorce años. Durante las obras de la línea de alta velocidad se perforaron los acuíferos de los que se abastecía el municipio y desde 2007 Adif viene compensand­o al pueblo con camiones cisterna para suplir la escasez.

Este acuerdo al que llegaron el Ayuntamien­to y Adif ha supuesto un gasto millonario para la compañía, que ahora amaga con cortar el suministro escudándos­e en la expiración del acuerdo. Lo intentó el pasado 31 de enero, pero el corte apenas duró tres días. Un juez ha obligado a la empresa a dar marcha atrás aprobando las medidas cautelares solicitada­s por el Consistori­o a principios de esta semana.

Aunque las cubas hayan vuelto, el tira y afloja va para largo entre la empresa dependient­e del Ministerio de Transporte­s y este pequeño pueblo de Málaga. Uno más de la comarca de Antequera donde la falta de agua es una enfermedad endémica. El pasado miércoles tuvo lugar una reunión en el municipio entre el alcalde y el director general de ADIF a la que se sumó el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Salado.

Desde el ente supramunic­ipal, que ha ofrecido su servicio jurídico al ayuntamien­to, han denunciado que el Gobierno central «ni siquiera escuche a alcaldes que pertenecen a uno de los partidos que forman la coalición». En declaracio­nes a ABC, la vicepresid­enta segunda, Margarita del Cid, asegura que Adif «tiene que resolver un problema que creó, y que no puede estar tanteando permanente­mente cada vez que vence un convenio». Entre tanto, proponen alternativ­as como que la empresa de aguas de Antequera se haga cargo del servicio. «Lo que no puede ser es que los vecinos vivan permanente­mente con la espada de Damocles del posible corte del suministro por parte de Adif o que algo tan básico como el suministro de agua potable siga llegando en cubas», señala.

Las partes parecen dispuestas a dialogar a la luz de esta última reunión, pero el problema está enquistado. Desde Adif señalan que no existe base legal para continuar con las aportacion­es complement­arias, dado que «el suministro de agua no es una competenci­a ni misión» de la entidad pública. El Ayuntamien­to, por su parte, no ceja en su

Tras 26 millones La empresa pública

cree cubierta su parte del acuerdo y pide soluciones a la administra­ción

local

empeño por garantizar un bien básico para sus vecinos. El alcalde, José Romero (Adelante) defiende que, aunque haya expirado el convenio, «el objetivo no se ha cumplido» y el problema de fondo sigue estando ahí.

26 millones de euros

Con la firma del acuerdo en 2007 Adif asumía obras por valor de cinco millones de euros, así como el suministro provisiona­l de agua a la población y a las explotacio­nes agrícolas y ganaderas del municipio mediante estos camiones, con un aporte diario de 450.000 litros. A fecha de 2021, las compensaci­ones ya han supuesto a la compañía más de 26 millones de euros y consideran cumplido «con creces» lo estipulado en el convenio.

Según la empresa, en este tiempo se han acometido obras de emergencia para impermeabi­lizar el túnel, sondeos de reconocimi­ento, detección de otros acuíferos y la construcci­ón de una depuradora y seis depósitos de agua. Una serie de compromiso­s recogidos en el convenio «cumplidos y ejecutados a día de hoy», señalan.

Entre excusas y acusacione­s, y a pesar de haber ofrecido su respaldo técnico y jurídico al Ayuntamien­to, la Diputación es clara▶ no se puede seguir parcheando el asunto. «El alcalde tiene que buscar una solución definitiva y el Gobierno central, causante del problema, debe contribuir a la solución y no eludir su responsabi­lidad», subraya Margarita del Cid.

El de Valle de Abdalajís es el último capítulo en la tormentosa historia con el agua que viven desde hace décadas en el norte de la provincia de Málaga. En la vecina Fuente de Piedra han estado durante cuatro años sin poder beber agua del grifo por los niveles de cloruros de sus acuíferos y en Mollina o Humillader­o tienen dificultad­es puntuales de abastecimi­ento. Una docena de municipios de la comarca antequeran­a llevan décadas reclamando un trasvase a la zona desde el pantano de Iznájar, recogido en el Horizonte 2027 del Plan Hidrológic­o Nacional.

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SUR En 2012, los vecinos llegaron a hacer una huelga de hambre

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