Informe policial en el que se revelan los hechos de la noche de su muerte
fue incinerado, dificul- tando así la primera investigación que la hermana mayor encargó en 2017 al forense Luis Frontela que, en el escrito al que ha tenido acceso ABC, sostuvo que Cristina fue víctima de un asesinato▶ «Hubo acción de defensa. Por ejemplo, se observan hematomas en el dorso de los dedos índice y corazón de la mano izquierda. Estos hematomas no tienen aspecto de corresponder al apoyo de la mano en el suelo, sino a que un objeto contuso le golpeó en esos dedos cuando la víctima trató de defenderse interponiendo la mano».
Los cuatro hermanos están enfrentados. Belén, Trini y Paco apoyan a su madre y creen que todos los pasos que está dando son los correctos y que Maripepa, la nota discordante en esta batalla, solo quiere ruido mediático. De hecho, aunque finalmente se truncó, dos de las hermanas estuvieron a punto de hacer un careo en un conocido programa de televisión. Sin embargo, hay un nombre propio que les une▶ Valeria Vegas. Todos coinciden en que es el enemigo a batir por el perfil que ha dibujado sobre «La Veneno».
Enemigo a batir
La escritora, autora de la biografía «La Veneno, ni puta ni santa» que sirvió como guión para la famosa serie de
está en el punto de mira de toda la familia. Es el enemigo a batir. La acusan de haberse aprovechado de la fragilidad de la polemista para sacar rentabilidad económica y cuentan sotto voce que no era tan amiga porque se encargó de esparcir «bulos e inexactitudes» sobre su vida en una
En el informe policial al que ha tenido acceso ABC se puede comprobar cómo Cristina Ortiz «La Veneno», telefoneó al 091 el 6 de noviembre de 2016, a las
02:49 de la madrugada. En su comunicación con los agentes alertó que estaba siendo víctima de violencia de género por parte de su expareja. Una vez personada la patrulla policial, Cristina negó la comunicación y no quiso denunciar a su presunto agresor.
Solo unas horas después, La Veneno fue atendida por el Samur con una herida «frontal izquierda» que finalmente le ocasionó la muerte en el hospital La Paz de Madrid al que fue rápidamente trasladada. Nadie sabe con absoluta certeza quién o quiénes se encontraban aquella noche en el domicilio. Es este dato el que supone un cambio importante en la narración de los hechos, pues se desconoce a quien hizo referencia Cristina durante su grito de auxilio a la Policía. A pesar de que mantenía una relación complicada con un joven llamado Alí, su última pareja conocida fue Sergio, el albañil rumano al que, según Valeria Vegas, Cristina omitió deliberadamente de la biografía «La Veneno, ni puta ni Santa». Su paradero, a día de hoy, es un misterio.