La dignidad perdida
La dignidad es una cualidad imprescindible en la construcción integral del ser humano. Sin dignidad no hay honor ni honestidad.
Por lo tanto, es ineludible recuperar esta cualidad humana, indispensable para gobernar correctamente y crear un clima de sana convivencia entre gobernantes y gobernados. Es necesario hacer examen de conciencia y recuperar la dignidad perdida. Los primeros, para regir con un mínimo de acierto y de honestidad, y, los segundos, para que no vuelvan a tropezar con la misma piedra. Votar no es nimio ni baladí; votar es importante, requiere madurez y responsabilidad. Se trata de seleccionar la persona que dirigirá los destinos de España, nuestro destino. Por consiguiente, por el bien de todos, es aconsejable no volver caer en los mismos errores, los de creer en las mentiras cobijadas en las siglas del PSOE, un PSOE que ya no lo es. Lo de ahora es ‘sanchismo’, lo de Pedro Sánchez, es un partido socialcomunista, amigo de rufianes y carente de dignidad. No volvamos a caer.
Unión Europea nos ayude, y esa ayuda, en concreto, son 140.000 millones de euros. Pero ese dinero –hay que ser conscientes de ello–, no es un regalo, habrá que devolverlo. Y, a que no saben quién tendrá que pagar ese préstamo. Pues nosotros, los que dentro de varios años nos vayamos a jubilar, no a los 65, como se hace hoy en día, sino a los 70 como muy pronto. Esta carta no es una queja, pues entiendo que las deudas hay que pagarlas. Es solo para tener presente que cuando llevemos 35 años trabajando, aún nos quedarán otros muchos...