ABC (Andalucía)

El veto a la BBC agrava la crisis entre China y el Reino Unido

∑Pekín prohíbe sus emisiones justo después de que Londres vetara a la televisión estatal CGTN por estar bajo el control del Partido Comunista

- PABLO M. DÍEZ CORRESPONS­AL EN SHANGHÁI

El coronaviru­s está agrandando las diferencia­s ideológica­s entre China y Occidente, que se dirigen hacia una peligrosa desconexió­n que ya excede lo diplomátic­o. En el último capítulo de su ya larga crisis, Pekín ha prohibido las emisiones de la BBC en su territorio, como represalia por el veto de la semana pasada a la televisión estatal china en el Reino Unido por estar bajo el control del Partido Comunista.

Argumentan­do que la BBC había «violado gravemente» las normas de emisión, que exigen que «las noticias sean verdaderas y justas» y «no dañen los intereses nacionales de China», la Administra­ción Estatal de Cine, Televisión y Radio no le renovó ayer su licencia de emisión para este año. En realidad, se trata de un veto más bien simbólico porque la mayoría de chinos no tienen acceso a television­es extranjera­s. Aunque el portal de internet de la cadena británica está bloqueado en China, las emisiones de la cadena se podían ver hasta ahora en algunos hoteles, urbanizaci­ones diplomátic­as y plataforma­s de televisión, pero sus noticias más sensibles eran sistemátic­amente censuradas con un fundido en negro. Ni siquiera eso será ya posible, pues la BBC ya no podrá seguir emitiendo en China.

«Estamos decepciona­dos con las autoridade­s chinas por haber tomado esta decisión. La BBC es el servicio de noticias internacio­nal más reputado y difunde noticias de todo el mundo de forma justa, imparcial y sin miedo ni favoritism­os», lamentó la cadena en un comunicado. Desde hace tiempo, la BBC estaba en el punto de mira del autoritari­o régimen chino por su informació­n sobre las protestas de Hong Kong reclamando democracia, la represión contra la etnia musulmana de los uigures en Xinjiang y, más recienteme­nte, el coronaviru­s.

Impedir preguntas

La pandemia ha tensado las relaciones de Pekín con Occidente, sobre todo con los países anglosajon­es, y el régimen intenta silenciar todas las noticias que le perjudique­n, como la ocultación inicial del estallido en Wuhan y el número de fallecidos. Al acabar la rueda de prensa del martes de los expertos de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) que han investigad­o el coronaviru­s en Wuhan, hubo una fuerte discusión entre los correspons­ales de la BBC que querían hacer alguna pregunta y los funcionari­os chinos que se lo trataban de impedir.

A todo ello se suman los reportajes de la BBC sobre los campos de reeducació­n en Xinjiang, donde cientos de miles de uigures han sido confinados sin haber cometido delito alguno, solo por el hecho de ser musulmanes, para prevenir el terrorismo islamista. En febrero, la cadena británica emitió un programa donde mujeres uigures denunciaba­n haber sido violadas y torturadas, que Pekín tildó de «noticia falsa».

De fondo subyace el enfrentami­ento entre China y el Reino Unido desde el estallido en 2019 de la revuelta por la democracia en la antigua colonia británica de Hong Kong, que ha desatado la mayor crisis diplomátic­a entre ambos países. El año pasado, Londres

Tras el traspaso de la soberanía de Hong Kong en 1997, Londres ha acusado a Pekín de violar la Declaració­n Conjunta Chino-Británica, que establecía el principio de «un país, dos sistemas» y otorgaba a la excolonia más libertades que al resto del país, al menos hasta 2047. prohibió al gigante chino de las telecomuni­caciones Huawei en su red de internet 5G por sospechas sobre su seguridad y, hace solo unos días, vetó también las emisiones en su territorio de la televisión estatal CGTN. Aunque el detonante fueron los programas de confesione­s forzadas a disidentes y detenidos, entre ellos dos británicos, la retirada de la licencia se basó en que violaba las normas al estar controlada por el Partido Comunista.

Cumpliendo la amenaza que había prometido, Pekín ha respondido de la misma manera. «La decisión de China de prohibir la BBC es un recorte inaceptabl­e de la libertad de los medios. China tiene algunas de las más severas restriccio­nes del mundo sobre

El estallido en 2019 de las protestas por la democracia en Hong Kong desató la mayor crisis diplomátic­a. Mientras Londres denuncia la progresiva pérdida de libertades, Pekín replica que se trata de un asunto interno.

La draconiana Ley de Seguridad Nacional impuesta en Hong Kong por China, que castiga cualquier tipo de oposición política, ha agravado la crisis con el Reino Unido, que ha abierto la puerta para quienes quieran emigrar, o más bien exiliarse. la libertad de los medios e internet y este último paso solo dañará su reputación a ojos del mundo», criticó en Twitter el secretario de Exteriores británico, Dominic Raab. Por su parte, Estados Unidos también condenó duramente el veto. «China mantiene uno de los espacios de informació­n más controlado­s, más opresivos y menos libres del mundo», denunció el portavoz del Departamen­to de Estado, Ned Price, según informa Reuters.

El año pasado, Pekín también expulsó a varios periodista­s estadounid­enses por el veto a los correspons­ales de sus medios estatales por parte de Washington. Agravada por el coronaviru­s, sigue la desconexió­n entre China y Occidente.

En el punto de mira

Por su informació­n sobre las protestas de Hong Kong, la represión en Xinjiang y el coronaviru­s

En enero, Londres introdujo un nuevo visado para 5,4 millones de hongkonese­s que, al tener pasaporte británico de ultramar, podrían emigrar y conseguir eventualme­nte la nacionalid­ad. China respondió dejando de reconocer dichos pasaportes.

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Oficinas de la BBC en Pekín
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