La estrella inesperada
El argentino se ha consolidado como uno de los referentes del Madrid tras la marcha de Campazzo a la NBA
La máquina de detectar y fabricar talento instalada desde la llegada de Laso en el Real Madrid apuntó hace tres años hacia Argentina. Allí despuntaba un desgarbado jugador que no destacaba por nada especialmente, pero que lo hacía casi todo bien. Pocos meses después, Gabriel Deck (26 años, 1,98 metros) firmaba su contrato en el Bernabéu y comenzaba una carrera lenta, pero segura, que ha terminado por situarle entre los referentes del equipo. Un ascenso casi inadvertido para el gran público, pues el argentino es tan tranquilo en la cancha como en su vida privada. Un tipo sin estridencias que juega al baloncesto con una efectividad que asusta y que tras la marcha de Campazzo ha elevado su protagonismo, como demostró en el estreno copero ante el Valencia.
A Deck le llaman el ‘Tortuga’, aunque nada tiene que ver con su velocidad. Siendo un chaval, le gustaba asomar la cabeza por encima de la manta y por ahí se acuñó el mote que le acompaña desde entonces. El alero es un tipo sencillo, criado en Colonia Dora, un pequeño pueblo del norte del país a donde vuelve siempre que puede. De hecho, cuando se fue a jugar fuera, a Buenos Aires, no le importaba coger un autobús y pegarse 15 horas de viaje si así podía pasar en casa aunque fuera un día. Un autobús como los que limpiaba junto a su madre siendo un niño para contribuir a la economía familiar. Porque en casa de los Deck no faltaba la comida, pero tampoco hubo nunca grandes lujos. Humildad que el jugador ha llevado por bandera allá donde ha ido y que le sigue acompañando a pesar de la distancia. No se ha olvidado de sus orígenes y hace un año construyó un comedor social en su pueblo que reparte alimentos a los más necesitados. Además, tiene casi listo el lanzamiento de su fundación, que tendrá reforzará ese mismo objetivo y que permitirá aglutinar y repartir la ayuda llegada desde todo el mundo.
Orígenes humildes
Nació en Colonia Dora, donde aprendió a jugar al baloncesto y ayudaba a su madre a limpiar autobuses
Descanso y música
En España, Deck ha encontrado su sitio. En la cancha ya es el segundo jugador más utilizado por Laso, solo por detrás de Tavares, y en casa es feliz junto a su novia, que vive desde hace unos meses con él y con su perro ‘Oslo’, su debilidad. El protagonista de sus mejores ratos de ocio. Porque más allá de los paseos con su mascota, el argentino apenas pisa la calle. Disfruta más escuchando música y descansando. En los últimos meses ha intensificado el control sobre su alimentación, pues su tendencia a engordar ya puso en peligro su carrera cuando era un juvenil. Ahora sabe que esa es una parte fundamental de su día a día y, más allá de algún asado con los compañeros argentinos del equipo, apenas hace excesos. Se nota esa tendencia en su afilada figura, cuya potencia se traslada a la cancha. Ante el Valencia fue el mejor junto a Thompkins (ambos sumaron 23 puntos) y hoy frente al Tenerife (16.00 horas, #Vamos) quiere volver a ser protagonista.
Solo así podrá acercarse a su siguiente objetivo, que no es otro que seguir la estela que inició hace algunas semanas su amigo Campazzo. Si todo va bien, el alero le acompañará en la NBA a partir del próximo verano, pues pretendientes no le faltan. Antes quiere ser la estrella inesperada del Madrid. Sucesor del ‘Facu’ como MVP de la Copa.