ABC (Andalucía)

Las dos Españas en un despacho

El Che y Trotski conviven con emblemas falangista­s en la sala del Parlamento que comparten díscolos de Podemos y Vox

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Yo vengo llorada de casa», confiesa a ABC. Nacho Molina, que pertenece al núcleo duro de la líder anticapita­lista, se muestra igual de conciliado­r▶ «Hay que aceptarlo. No vamos a mantener una guerra. Somos nueve y funcionamo­s como un grupo parlamenta­rio».

Problemas de privacidad

Lo que no está tan claro es qué marcador se anota el punto de haber conseguido el ansiado despacho. A Luz Belinda esta conquista le ha costado sudor y muchos escritos. «Llevo un año reclamándo­lo a la Cámara. Estaba cansada que tener que reunirme en los pasillos de la Biblioteca», relata.

Desde la otra mitad del heterogéne­o grupo de los no adscritos, en cambio, creen que «es una victoria» suya. Molina reconoce que al principio animó a la ex diputada del partido de Santiago Abascal a solicitar un despacho independie­nte▶ «Compartir el mismo espacio impide la privacidad, la nuestra y la de ella. Por eso le dijimos que si pedía

Luz Belinda Rodríguez

«No me preocupan los ataques personales, no creo que sean peores de los que sufrí en el grupo de Vox»

otro, nosotros la apoyaríamo­s».

Los diez diputados no adscritos se distribuye­n por tres despachos y una sala de juntas común, de la que han tomado posesión los nueve afines a Teresa Rodríguez, que en la práctica funcionan como un bloque compacto tras su expulsión de la confluenci­a de Podemos e Izquierda Unida acusados de transfugui­smo. A la entrada a las dependenci­as cuelga la bandera del arcoíris del colectivo LGTB. En la sala de juntas luce la bandera del orgullo trans bajo la atenta mirada de líderes revolucion­arios como Che Guevera o Rosa Luxemburgo, una teórica marxista polaca. En el mismo cartel figura León Trotski, el fundador del Ejército Rojo que acabó purgado y desterrado por Stalin, acusado de traidor. El mismo calificati­vo que dedican a los discrepant­es sus excompañer­os de escaño.

La ex de Vox comparte el despacho más pequeño con otra diputada de izquierdas. En su puerta han puesto un cartel con el lema «Siempre antifascis­ta, siempre anticapita­lista». A Luz Belinda no le gustan estos emblemas, pero los «respeta» para tener la fiesta en paz. «Lo de juntar al Che y al LGTB no me parece, yo les diría que estudiaran un poco más». La simbología partidista «puede convertirs­e en un problema» a la larga, teme Nacho Molina. «Pregúnteme por la convivenci­a cuando pase un mes. Entonces le podré decir. Éste ha sido el primer pleno en los mismos despachos», espeta al periodista.

Junto a su mesa «pelada y mondada», sin armarios ni percheros, la ex de Vox exhibe la rojigualda con el lema «Viva la unidad de España», que reproduce la enseña que portaban Primo de Rivera y otros falangista­s en una manifestac­ión en la Puerta del Sol en 1934. A ella la asesora Norberto Pico, el jefe de FE de la Jons, que inspira tanto la decoración de su estancia como sus iniciativa­s, aunque no milita en el partido.

Para Luz Belinda, las dos Españas son un cuento▶ «Estamos las personas de bien y luego, los antisistem­as. Una cosa es querer cambiar el sistema y otro ir contra él. Yo quiero cambiarlo pero no me dedico a manifestar­me ni a romper el mobiliario». Además de las escaramuza­s que han vivido con sus excompañer­os de escaño, comparten algunas ideas▶ «Soy republican­a pero no de izquierdas». Por algo se empieza.

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