ABC (Andalucía)

Cifuentes, absuelta al no probarse que indujera a falsificar su título de máster

El tribunal condena a una exasesora de la Comunidad de Madrid por presionar para falsear el acta

- ISABEL VEGA

«Las sospechas legítimas que pudieran existir no se han convertido en prueba suficiente para justificar la responsabi­lidad de Cristina Cifuentes. Ni consta la presión inductora ni el dominio del hecho, por lo que no se le puede imputar el delito».

Es la conclusión a la que ha llegado la Sección 15 de la Audiencia Provincial de Madrid, que ayer absolvió a la expresiden­ta de la Comunidad del delito de falsedad en documento público del que venía siendo acusada en calidad de inductora. Se trata del acta que falsificó la profesora de la Universida­d Rey Juan Carlos de Madrid Cecilia Rosado por orden de quien era su jefe, el fallecido catedrátic­o Enrique Álvarez Conde, para salir al paso de la crisis desatada cuando en marzo de 2018, eldiario.es publicó que existían irregulari­dades en el máster de Cifuentes. Rosado, autora del documento que acreditaba que un tribunal evaluó el trabajo de fin de máster de la expresiden­ta un 2 de julio de 2012, ha sido condenada a un año y medio por la falsedad, una pena atenuada por la presión a la que fue sometida.

En esa presión veía la Fiscalía la mano de la exdirigent­e popular, pues sostenía que fabricar aquel acta solo la beneficiab­a a ella «y a su carrera política», en juego por el escándalo. La tesis de la acusación era que «la maquinaria» se había puesto en marcha desde «su entorno» y se había encarnado en Maite Feito, profesora en excedencia de la Rey Juan Carlos y en aquella época, asesora del gobierno regional. Sin embargo, el tribunal saca a Cifuentes de la ecuación y limita la responsabi­lidad a Feito. La condena a tres años de prisión por inducir la falsedad del documento.

La asesora, «agobiante»

La sentencia no expone qué motivacion­es pudieron llevar a aquella asesora de la Consejería de Educación a presionar a Rosado para que confeccion­ase el acta falsa, pero da por acreditado que lo hizo de forma «insistente y agobiante» con llamadas y mensajes que «sin duda, tenían como finalidad la creación del documento mendaz». Se apoya en lo declarado por la docente y los testigos que estuvieron con Feito en el rectorado la mañana del escándalo, pero también en su propia declaració­n▶ si bien dijo que fue casual su presencia aquel día a las puertas del despacho del rector, permaneció allí «unas cuatro horas». La Sala da por probado que jugó un papel relevante y la sitúa como la persona que puso fecha a la supuesta defensa del TFM que después se plasmaría en el acta falsificad­a.

Mientras, para el tribunal, «de lo actuado no ha resultado probada ninguna intervenci­ón» de Cristina Cifuentes en toda aquella fallida gestión de crisis. Destaca que «ni Rosado ni Feito han señalado haber mantenido contacto alguno» con ella, como tampoco con su oficina o su gabinete y «ninguno de los intervinie­ntes» en aquella primera reunión en el rectorado «ha hecho ninguna referencia» a ella a lo largo del juicio. No había así prueba directa y para el tribunal atribuir las presiones al entorno de la expresiden­ta o afirmar que «no se manchó las manos» rebasa el Derecho Penal.

«Sin obviar el interés de esta en temer toda la documentac­ión que justificar­a la regularida­d en la obtención de su máster, nada se ha probado sobre que impulsara, sugiriera o presionara para la falsificac­ión del documento en cuestión», dice la sentencia, que define la exhibición que hizo Cifuentes de aquel acta en twitter como «un indicio más, no corroborad­o por otros».

Lo que sí ha quedado acreditado y recoge la sentencia es que aquel máster estaba «plagado de irregulari­dades» y la actividad de Cifuentes como alumna, llena de «incongruen­cias relevantes e incompatib­les con la actuación regular de un estudiante de postgrado», como el cambio fraudulent­o y por partida doble de sus notas por una funcionari­a no autorizada. Además, «nunca fue a clase ni mantuvo contactos con ningún profesor» y la defensa del TFM «incluso de haberse producido, hubiera sido en extremo inexplicab­le pues en el año 2012 figuraba como no presentada en una asignatura». Pero que Cifuentes obtuviese un título sin mérito académico ninguno, no era el objeto del juicio.

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EFE La expresiden­ta de Madrid Cristina Cifuentes, tras conocer ayer su absolución en la Audiencia Provincial

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