«Hay silencios de Sánchez sobre el Rey que causan perplejidades»
Datos útiles
Título: ‘Felipe VI, un Rey en la adversidad’.
Editorial: Planeta.
Páginas: 350.
Primera edición: Febrero de 2021
21,90
euros.
Portada: ‘Felipe VI’, acrílico sobre lienzo de Hernán Cortés (Tribunal Constitucional) nas 42 años de sistema democrático, que probablemente sean los más exitosos de los últimos siglos.
—¿Cree que Pablo Iglesias es una fábrica de monárquicos?
—Creo que es una cadena de producción de monárquicos. En la medida en que la prescripción republicana venga de la mano de Echenique, Montero, Otegui, Rufián o Iglesias, será una prescripción de ínfima credibilidad. Hay que recordar quiénes fueron los prescriptores de la República en los años 20 y 30▶ Ortega, Marañón y Pérez de Ayala. ¿Dónde están esos intelectuales prorrepublicanos? No existen. Por lo tanto, creo que hay una retroactividad favorable al Rey frente a Iglesias.
—¿Cómo ve la relación del presidente del Gobierno con el Rey?
—Sánchez es un hombre que tiene una pulsión presidencialista y es expansivo en sus poderes y presencias. No tiene voluntad de tumbar a la Monarquía, pero sí de redimensionarla en su papel simbólico y representativo.
—Y eso ¿no puede condenar a la Corona a desaparecer?
—Ese es el gran riesgo, efectivamente. Por eso, Sánchez, que está apoyando al Rey en la gestión de los problemas que le plantea su padre, tiene algunos errores imperdonables. El mayor de todos fue el veto a que asistiera en Cataluña a la entrega de los despachos a los nuevos jueces. Yo creo que Sánchez quiere ayudar a la Monarquía y al Rey pero determinados silencios causan perplejidades. Y esos silencios se deben a mantener el equilibrio inestable en el que se mueve un Gobierno de coalición en el que cinco ministros son abiertamente hostiles a Felipe VI. Ha habido errores y tengo la sensación de que en el futuro inmediato va a haber una mejor coordinación y que Zarzuela y Moncloa harán cosas en buena sintonía durante 2021 y 2022, no en 2023, que es año electoral.
—Y ese cambio ¿a qué se debe?
—Atentar contra la Monarquía, como hacen Podemos y separatistas, es atentar contra el edificio constitucional. Tratar de tumbar la Monarquía es tratar de abrir un proceso constituyente. Cuando se abren procesos constituyentes se llevan por delante a aquellos que los impulsan, y Sánchez es muy consciente de esa realidad histórica. Cambiar la Monarquía no es reformar la Constitución, es abrir un proceso constituyente, porque la Monarquía está contemplada en el artículo 1 de la Constitución, que es la forma monárquica del Estado, y en el título II, y los dos son preceptos que exigen un procedimiento agravado de reforma, que no sería reforma porque desvirtuaría la morfología actual de la Constitución.