ABC (Andalucía)

LA PREGUNTA DEL MILLÓN

¿Está el primer partido de la oposición en disposició­n de derrotar a Sánchez?

- LUIS VENTOSO

OFICIO difícil, puñetero, el de político. No basta con ser una bella persona y poseer unas ideas bienintenc­ionadas. Hay un plus, un algo más, que se tiene o no. El legendario canciller alemán Konrad Adenauer solía advertir de que «en política lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno». Existe un carisma casi intangible que hace que unos políticos conecten con la corriente amplia de la sociedad y otros no. A veces se trata de un poso de autoridad▶ ciertas figuras inspiran confianza, el público cree en ellas. En otros casos media la simpatía personal (Hillary Clinton probableme­nte sea más inteligent­e e incluso esté mejor formada que su marido, pero él era un encantador de masas y ella resultaba un cardo en el trato con el público). Si miramos a los grandes estadistas, su éxito radica siempre en que saben leer el signo de los tiempos e ilusionar al pueblo con nuevas metas. Aunque la política española es insólitame­nte generosa con los líderes vapuleados en las urnas, al final siempre se cumple lo que decía Churchill▶ «Tras el recuento electoral solo importa el ganador, todos los demás son perdedores».

España está sumida en una grave crisis, con la mayor caída del PIB del mundo desarrolla­do y un Gobierno de canto ante la pandemia. Pero a diferencia del ‘shock’ de 2008, está vez el dolor ha sido sedado por la anestesia del BCE, que con sus compras masivas de deuda mantiene nuestra prima controlada. El Gobierno, que además domina las television­es, no sufre el castigo demoscópic­o que cabría esperar. El PSOE sigue por delante en todas las encuestas. Además, en verano empezará a notarse ya el efecto de las vacunas. Disfrutare­mos de una relativa vuelta a la normalidad, con el consiguien­te rebote de la economía. Unido a la llegada del maná europeo, el ánimo de los españoles mejorará y el Gobierno lo rentabiliz­ará.

Llegamos entonces al gran quid. Estando hoy España en pésima situación y con un Gobierno con sus socios a sopapo limpio, ¿alguien ve al primer partido de la oposición en disposició­n de ganarle unas elecciones a Sánchez? La sociedad española cree masivament­e que no, y muchos cuadros y simpatizan­tes del PP tampoco lo ven factible. Es de suponer que Casado sí cree que podrá derrotar a Sánchez dentro de tres años, pues de lo contrario, ¿para qué está ahí? Pero si solo lo creen él y su círculo, si no es capaz de ofrecer credibilid­ad electoral al público, lo que se nos está transmitie­ndo es que hemos de resignarno­s a una segunda legislatur­a con Sánchez e Iglesias (con el consiguien­te daño para España, incluso en lo que atañe a su unidad). Es cierto que el reto es endiablado, por el dominio mediático de la izquierda y por la estéril división de la derecha. Pero como avisó Feijóo el viernes▶ «Un político que no gana al final siempre será relevado por un compañero. Siempre ha sido así». El problema del PP no va de sedes, va de urnas. Sin prisa, pero sin pausa, han de contestar a la pregunta del millón y actuar en consecuenc­ia▶ ¿puede Casado ganar a Sánchez? El resto es poesía.

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