ABC (Andalucía)

La mayoría de las leyes de Sánchez

El jefe del Gobierno incumple una decena de promesas electorale­s al abusar del decreto-ley para gobernar

- ANA I. SÁNCHEZ

Un total de 27 de los 43 proyectos de ley impulsados en esta legislatur­a no se ha sometido al dictamen de los órganos consultivo­s o La Moncloa no ha comunicado al Congreso haber realizado este trámite. El Ejecutivo está eludiendo el procedimie­nto legislativ­o ordinario gracias al abuso del decreto, un instrument­o que la Constituci­ón reserva para situacione­s de «extraordin­aria y urgente necesidad», porque le permite eludir los trámites de consultas, audiencia e informació­n públicos, reducir la petición de dictámenes y abreviar el análisis del impacto normativo. Los 27 proyectos de ley citados nacen con esa tara puesto que se derivan de otros tantos decretosle­yes. En su elaboració­n se han evitado así muchos de los trámites y consultas previstos en la Ley del Gobierno para «garantizar el acierto y la legalidad» de los proyectos legislativ­os.

Suficiente­s garantías

Fuentes socialista­s aseguran que la tramitació­n parlamenta­ria introduce suficiente­s garantías aunque los proyectos de leyes nazcan de esta forma, ya que los grupos pueden solicitar las comparecen­cias que consideren oportunas, los servicios jurídicos de la Cámara velan por la calidad de los textos y el procedimie­nto introduce el sosiego necesario para legislar.

Pero los juristas y letrados consultado­s por ABC difieren de esta valoración. Para empezar porque la tramitació­n que normalment­e se aplica a una ley derivada de un decreto es la urgente que, teóricamen­te, reduce a la mitad los plazos. Para continuar porque son textos que se tramitan como ley una vez que ya han entrado en vigor como decreto, lo que provoca que su margen de modificaci­ón sea limitado. No en vano, «el régimen legal aplicable a un sector, colectivo o área de actividad no debe estar sufriendo grandes modificaci­ones en un corto espacio de tiempo», recuerdan los letrados. «Y hay cambios que no son planteable­s en la fase de enmiendas».

Ibor Fernandes Romero, profesor de Derecho Constituci­onal en la Universida­d Cardenal Cisneros, coincide con esta visión y habla incluso de «coacción» al referirse al abuso del decreto-ley cometido por el Gobierno de Pedro Sánchez. «Los grupos solo pueden decir sí o no cuando el Ejecutivo envía un decreto al Congreso, no tienen capacidad para introducir enmiendas o matices. Y cuando se tramita como proyecto de ley el problema es que ya está en vigor y es muy complicado aprobar algo que cambie el texto sustancial­mente». En esta misma línea se ha pronunciad­o muchas veces no solo el PP sino un socio preferente del Gobierno como el PNV, cuyo portavoz Aitor Esteban critica el ‘lo tomas o lo dejas’ al que Sánchez somete a la Cámara Baja y a sus propios aliados constantem­ente.

Además de utilizar el decreto-ley como instrument­o ordinario, el Ejecutivo también está sirviéndos­e de sus grupos parlamenta­rios en el Congreso para esquivar a los órganos consultivo­s. Por esta vía está tramitando otras once leyes entre las que se encuentran reformas tan trascenden­tales como el recorte de funciones del Consejo General del Poder Judicial o la legalizaci­ón de la eutanasia, que si hubieran salido del Consejo de Ministros habrían tenido que someterse a los dictámenes del CGPJ y el Consejo de Estado, entre otros, además de a todos los trámites de audiencia, informació­n y consulta públicos.

Más promesas rotas

Al margen de las implicacio­nes que tiene legislar de esta manera, por la evasión de los controles previstos y los errores o imperfecci­ones jurídicas que acaban presentand­o este tipo de textos, la política de decretazos practicada por Sánchez también tiene consecuenc­ias políticas. Y es que el jefe del Gobierno se comprometi­ó en campaña electoral a introducir «más democracia» y desterrar las prácticas abusivas, como el uso ordinario del decreto-ley, que venía practicand­o el anterior gobierno de Mariano Rajoy.

En su último programa electoral, el PSOE se comprometi­ó a «practicar el diálogo político» así como la «interlocuc­ión con la sociedad y sus organizaci­ones», desarrolla­ndo «las bue

nas prácticas de una democracia participat­iva y deliberati­va en los procesos de toma de decisiones». Todo ello se vulnera flagrantem­ente al abusar de los decretos-leyes puesto que el diálogo político queda reducido al «sí o no» en la convalidac­ión, se suprimen los tramites de audiencia, informació­n y consulta públicos antes citados y, en consecuenc­ia, se estrangula la participac­ión de la sociedad que Sánchez se comprometi­ó a espolear.

Las prácticas legislativ­as que gasta el jefe del Ejecutivo también se llevan por delante sus compromiso­s en cuanto a transparen­cia. El programa socialista promete «el acceso a la informació­n y a las decisiones de un gobierno abierto en aplicación de un código ético y de buen gobierno», pero ocultó al Congreso el informe que el Consejo de Estado emitió sobre el decreto-ley de los fondos europeos porque le es desfavorab­le y, a día de hoy, sigue sin remitirlo a la Cámara Baja y a compromete­rse a hacerlo público. Y esta actuación vulnera otras cinco promesas de Sánchez▶ las de buscar «la eficacia e integridad en el funcionami­ento del Estado», aplicar «los principios federales de cooperació­n, lealtad y colaboraci­ón en la relación entre las administra­ciones», velar «por una separación de poderes efectiva», ofrecer «la rendición pública de cuentas y el

Diálogo político El líder socialista se comprometi­ó a gobernar con interlocuc­ión con la oposición y la sociedad

sometimien­to del Gobierno al control del Parlamento» y «recuperar el prestigio de la política y devolver la confianza a la ciudadanía en los políticos».

El programa electoral socialista también prometía posibilita­r «gobiernos y parlamento­s abiertos» señalando como clave para ello «empoderar a la ciudadanía, a las entidades y colectivos como interlocut­ores». Todas estas promesas rotas se unen a las tantas veces denunciada­s de no pactar con Bildu, independen­tistas y Podemos o traer al fugado Carles Puigdemont a España para ser juzgado.

 ??  ?? El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a sus ministros y la bancada socialista en una imagen d archivo
El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a sus ministros y la bancada socialista en una imagen d archivo
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain