Traición o engaño
Milans del Bosch comparte bocadillo en unas maniobras con Don Juan Carlos. Afirmó que creía que el Rey apoyaba el golpe
La salida de Suárez arruinaba esa posibilidad.
Sin embargo, la sesión de investidura que se avecinaba en el Congreso, con el Gobierno en pleno y la totalidad de los diputados presentes, ofrecía una oportunidad inmejorable para poner en marcha la segunda vía. Con una sola acción quirúrgica se podía neutralizar al poder Ejecutivo y al Legislativo.
El 3 de febrero Don Juan Carlos comunicó por teléfono a Armada su nombramiento como segundo jefe de Estado Mayor, en contra del criterio de Defensa. Ese mismo día éste aseguró a un mensajero de Milans que tenía el apoyo de todos los partidos y agentes sociales, incluida la Iglesia. Es más; atribuyó su nombramiento a que su presencia era necesaria en Madrid.
El 20 por la tarde, según el relato de Tejero, se produce una reunión con el comandante Cortina, del Cesid, negada por éste, en la que se habría dado por hecha la toma de la Cámara Baja «por la Corona y la democracia». Además, el agente sugirió a su interlocutor▶ «Tienes que ver a Armada». Al día siguiente se produjo la cita, en un hotel. El general explicó al guardia civil que entraría en el Congreso «en nombre del Rey, la Corona y la democracia», y que las órdenes tácticas se las daría Milans, mientras que él estaría con el Rey▶ «Es muy voluble».
La víspera del golpe, domingo, hubo otra conversación entre Armada y Milans, tras la cual éste dio órdenes a sus subordinados para poner en marcha la ‘operación Turia’, diseñada para ocupar las ciudades más importantes de su región militar tras el ‘tejerazo’.
Lo más curioso es que el golpe estaba lanzado pero ni siquiera Tejero contaba la víspera con las fuerzas necesarias para el asalto al Congreso... En la recluta los hombres del Cesid en la Guardia Civil tuvieron un papel decisivo.