Con los políticos
Don Juan Carlos con Suárez, González, Fraga, Carrillo y Rodríguez Sahagún, a los que citó la tarde del 24-F en La Zarzuela en el Congreso.
Sin embargo, fue Tejero quien descartó esa solución nada democrática, aunque el teniente coronel argumentó que él solo aceptaría un Gobierno presidido por Milans del Bosch. Cuando Armada le mostró un papel con los nombres de las personas que formarían su gobierno, Tejero le respondió que él no había dado un golpe para acabar con un gobierno con comunistas.
Mientras tanto, el Rey emitió su mensaje por televisión en el que llamó a «mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente» y envió un télex a Milans en el que le ordenó que desistiera▶ «Cualquier golpe de Estado no puede escudarse en el Rey, es contra el Rey» y le ordenó «que digas a Tejero que deponga su actitud».
«Tenías razón, Adolfo»
Por la mañana, Armada tuvo que volver al Congreso, reclamado por Tejero para negociar su rendición. Y algunos de los diputados, como el propio Suárez, interpretaron que el general había jugado un papel esencial en la resolución del golpe. Una vez liberado, lo primero que hizo Suárez fue acudir a La Zarzuela y, en cuanto vio al Rey, le dijo▶ «Me equivoqué respecto a Armada y Su Majestad tenía razón». Pero el Rey le respondió▶ «No, Adolfo, tenías tu razón. Armada es un traidor».
Años después, uno de los grandes historiadores de las últimas décadas, Ricardo García Cárcel, afirmaba▶ «Nunca fuimos tan demócratas, nunca fuimos tan constitucionalistas. Nunca fuimos tan felices como al día siguiente» del 23-F, y añadía▶ «La importancia de aquel día no es que pudo cambiar la historia, sino que la cambió».