Cinco detenidos en una farmacia por defraudar dos millones de euros
La Policía Nacional, en colaboración con la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, detuvo ayer a cinco personas por el presunto fraude de más de dos millones de euros cometido por una farmacia de Huelva a la Seguridad Social.
Los detenidos son un farmacéutico, tres empleados de la botica y el responsable de una imprenta. Estas detenciones se produjeron mediante una operación contra el fraude a la Seguridad Social en materia de sanidad y a los detenidos se les imputan delitos continuados de falsedad documental y estafa al Servicio Andaluz de Salud.
La investigación se inició en 2018, después de que la Policía Nacional recibiera un escrito de la Fiscalía Provincial de Huelva donde se alertaba de una serie de irregularidades en las recetas facturadas por una farmacia de Huelva. Así, los agentes detectaron cómo en las recetas facturadas por esta farmacia existían cupones-precintos de medicamentos falsos, localizando a usuarios de la farmacia que advertían de la retirada de sus medicamentos por parte de la misma sin su autorización.
Estas pesquisas culminaron en el mes de mayo de 2019, cuando los agentes registraron la oficina de farmacia, ordenada por el Juzgado que entiende del caso. Allí fueron intervenidos 73.074 cupones falsos o indebidos que eran utilizados por el farmacéutico para la cumplimentación de las hojas justificantes de receta que, posteriormente, remitía para su cobro.
Vaciado de tarjetas
Según fuentes de la investigación, la farmacia realizaba distintas acciones para conseguir el fin defraudatorio, siendo la más significativa la denominada como «vaciado de tarjetas», es decir, la retirada no autorizada por el farmacéutico de medicamentos que figuraban prescritos en la receta electrónica de los usuarios.
Los investigadores han constatado que se trataba de una actividad organizada e integrada en el funcionamiento habitual de la farmacia, con el conocimiento y colaboración de todos los empleados que la llevaban desarrollando durante los últimos ocho años, perfeccionándose con el paso del tiempo.
Además, dentro de las instalaciones existía una dependencia dedicada, en exclusiva, a la confección de los documentos falsos que posteriormente se remitían para su facturación al Sistema Andaluz de Salud (SAS).