El ‘premier’ armenio denuncia un golpe de Estado en ciernes
ayer la dimisión del primer ministro, al que han tachado de incompetente.
Pero Pashinián considera que la dirección de las tropas no está en situación de sugerir quién debe o no dimitir en un Gobierno designado de forma legítima y ha percibido que detrás de tal insubordinación se adivina la preparación de un golpe de Estado militar para derribarle. Así que el jefe del Gobierno convocó a sus partidarios a través de Facebook a concentrarse en la plaza de la República de Ereván, a donde acudió él mismo e intervino ante la multitud. Pidió también al presidente Armén Sarkisián que proceda a destituir al jefe del Estado Mayor, Onik Gasparián, por solidarizarse con Jachatrián.
El avispero del Cáucaso
El presidente ruso, Vladímir Putin, cuya posición en el tablero caucásico tras la guerra entre armenios y azerbaiyanos se han consolidado lo suficiente como para poder garantizar que el Ejército armenio no se va a lanzar por su cuenta a ninguna aventura golpista, habló ayer por teléfono con Pashinián, a quien trasladó, según el servicio de prensa del Kremlin, «la necesidad de que las partes enfrentadas mantengan la calma, la moderación y respeten la ley».
En su intervención durante el mitin ante sus seguidores, el primer ministro armenio dejó claro que no dimitirá. «Sólo el pueblo puede cesarme», aseguró, y amenazó a sus oponentes con arrestos. Sin embargo, según la prensa local, el ex primer ministro y actual jefe de la oposición, Vazguén Manukián, sacó ayer más gente a la calle que Pashinián. Miles de personas ocuparon el centro y cortaron una de las avenidas principales de Ereván en demanda de un cambio de Gobierno.