Extraterrestres y niños
te la conmoción». ¿Qué piensa ahora al respecto? «Treinta años después, mi postura es clara▶ el Kremlin, que estaba deshaciéndose, decidió aliviar la presión informativa sobre su declive desviando la atención hacia algo muy querido por los rusos▶ las historias sobrenaturales. Lo que no calcularon bien fue que causara tanto impacto en Occidente. Se les fue la mano. A fin de cuentas, tras el caso Vorónezh ‘solo’ había un aterrizaje ovni como tantos otros. Uno lleno de ambigüedades en los testigos y escasos elementos para defender su procedencia extraterrestre de modo incontestable». Igualmente, Sierra defiende que fue «un fenómeno ufológico serio».
La credulidad
A mediados de los 80, Alan Moore escribió ‘The Watchmen’, un cómic situado en la Guerra Fría, en donde el personaje de Ozymandias, considerado «el hombre más inteligente del planeta», se planteaba como un ‘deus ex machina’ para nuestros grandes males que ocurriera un encuentro interplanetario. ¿Cree que dar con los extraterrestres serviría a la humanidad para limar sus resquemores y unirse? «Yo le doy la palabra a Reagan –dice Utrilla–, que además vio un ovni. ¿Te quieres creer que había todo un presidente de Estados Unidos hablando de esto en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1987? Cuando dijo lo de “qué rápido desaparecerían nuestras diferencias si en todo el mundo nos enfrentáramos a una amenaza alienígena…”. Aunque después de lo que ha pasado con la pandemia, que de alguna manera es una invasión, pues te entran dudas. En su primer encuentro con Gorbachov en 1985, este contó muchos años después que iban paseando fuera de los focos y Reagan le preguntó si les ayudaría en caso de ataque alienígena. Se lo preguntó en serio. Y Gorbachov no se rió y le dijo que sí».
En su segundo libro tras ‘A Moscú sin Kaláshnikov’, el autor pone en combate al modo «siempre impaciente» del periodista con el escritor para «homenajear ¿Habrá periodistas acompañando a los ovnis cuando lleguen a la Tierra en su misión de abducción? ¿Se suicidan los extraterrestres? ¿Son los aliens cabezones en realidad hombres evolucionados, como sostiene Arrabal, que vienen al pasado para hacer una tesis doctoral de cómo vivíamos? ¿O son «gamberros del cosmos» como cree Jiménez del Oso? ¿Nos tienen localizados pero mantienen las distancias para no interferir en nuestro desarrollo? ¿O es imposible que convivan dos mundos similares en el tiempo pues se tiende al inexorable autoexterminio? ¿Fueron biorrots quienes llegaron a Vorónesh? ¿O alienígenas que limpiaron el parque de radioactividad por su cercanía a Chernóbil, como sostiene el ufano ufólogo Alexander Mosolov? Ahí los vieron un puñado de niños. «Y no son tontos, vieron lo que vieron. El hecho de que fueran niños tiene una parte muy literaria, porque son los que tienen acceso a esas realidades fabulosas, los que ven los duendes y las hadas. Pero los adultos no les creyeron».