Vandalismo y fracaso educativo
Sobre un mural han echado unos borrones de pintura. Afortunadamente, puede pintarse encima y ese acto de vandalismo queda neutralizado. Pero diariamente sufrimos muchos actos de vandalismo que no pueden ser neutralizados, porque se destruyen cruces como en Callosa de Segura, Vall de Uxó o Aguilar de la Frontera, por citar tres ejemplos de localidades que han pasado a formar parte de la lista de gobiernos municipales intolerantes. Todo esto demuestra el fracaso educativo, que no consiste solo en suspender asignaturas, sino en que los alumnos pasen años en los colegios pero no aprendan a respetar ni a las personas ni las opiniones de los demás. Fracaso educativo que ha aumentado en los últimos quince años, y que ha llegado a lo más alto, pues algunos políticos se permiten sugerir la destrucción de la mayor cruz del mundo, que es la que se encuentra en la abadía benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, el único lugar del mundo donde se encuentran enterrados juntos los combatientes de una guerra civil y donde una comunidad de monjes reza diariamente por el eterno descanso de sus almas, pidiendo la paz para España.
Mientras no logremos que las personas tengan la educación suficiente para respetar a los que piensan diferente y para respetar las expresiones artísticas de los demás, sean cruces, lápidas, monumentos o murales, seguiremos metidos en un gran fracaso educativo.
La solución está en el buen comportamiento de cada ciudadano, pero también en los que tienen la responsabilidad del gobierno.