El veto a las marchas y los actos vandálicos deslucen el 8-M en Madrid
Varios grupos retaron a las autoridades y se concentraron por las calles de la capital
Poco después del amanecer, a primera hora de la mañana, llegó el primer acto que iba a ensombrecer ayer el Día Internacional de la Mujer▶ el mural feminista del distrito de Ciudad Lineal, en Madrid (como su réplica en Alcalá de Henares) había sido vandalizado durante la noche y los rostros de las mujeres que estaban pintadas en la pared habían sido cubiertos por pintura negra.
Sobre algunos de los rostros de las quince mujeres había carteles en los que se podía leer «terrorista», «abortista» o «comunista», cuya autoría se atribuye al grupo ‘Revolutio’, que se define como una organización juvenil que busca promover los valores tradicionales. Este grupo, sin embargo, aseguró no ser el responsable de la pintura negra que destrozó el mural, un hecho que la Policía investiga. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, condenó este acto vandálico y se comprometió a repararlo.
Una manifestante herida
Pero los episodios violentos continuaron durante una jornada marcada por la prohibición de la Delegación del Gobierno en Madrid de salir a las calles para concentrarse y manifestarse. El Sindicato de Estudiantes retaron a las autoridades y bajo el pretexto de convocar a una rueda de prensa y un ‘paseo feminista’ por la
Puerta del Sol, llevaron a cabo una marcha por la céntrica plaza de la capital que finalizó con una de las manifestantes herida leve. En un momento de la concentración, en la que participaron decenas de personas, dos mujeres de mediana edad se dirigieron a las feministas para recriminarles su actitud y entonar el ‘cara al Sol’. En ese momento, comenzó una discusión en la que se llegó a las manos, con bolsazos, empujones y tirones de pelo de por medio, lo que requirió de la intervención policial.
Los agentes, que tuvieron que cortar el paso a la calle Carretas para que el mogollón de gente no se descontrolara, habían tenido que intervenir ya previamente por la presencia en la concentración de dos hombres y una mujer que portaban banderas de España en sus mascarillas y grababan a las manifestantes. «Fuera fascistas. Habéis venido a provocar», les gritaban.
El resto de la concentración transcurrió sin más incidentes, pese a que, como el resto de marchas prohibidas por la Delegación del Gobierno y los tribunales, no había sido autorizada. «Como no nos dejan manifestarnos no podemos hacer otra cosa», respondía una de las organizadoras a un agente que le recriminó que ese acto ya no era una rueda de prensa. A última hora de la tarde, hubo otra concentración en la Puerta del Sol, en la que participaron decenas de manifestantes que entonaron consignas feministas sin que hubiera incidentes reseñables. «Sola y borracha quiero llegar a casa», el eslogan con el que el Ministerio de Igualdad acudió a la cita el año pasado, fue una de las que más se escucharon.
Pese a que la Comisión 8-M –organización que encabeza año tras año la manifestación– optó ayer por desconvocar todas las concentraciones previstas y llamar a que todas las mujeres salieran a los balcones, ventanas o portales de sus casas a las 20.00 horas para «hacer ruido feminista», hubo grupos que sí salieron a las calles, como en Gran Vía o la plaza de Callao, donde se dieron algunas marchas improvisadas, concentraciones e incluso sentadas. La prohibición a manifestarse y la lluvia no impidieron que las calles de la capital fueran el escenario de protestas, eso sí, basante descafeinadas.