Los epitafios envenenados de
en los veranos de niñez en el Penedés. La infancia, escribe en 2015, «es el campo nutricional de los escritores de ficción que más aprecio».
Franqueza descarnada
Marsé, apunta Cuenca en su biografía, pergeñó los diarios de 2004 para mantener una autodisciplina▶ «Lo hizo con un radical escepticismo, con una prosa inventarial ajena por completo a cualquier tentación estilística (con la excepción de algunas entradas iniciales), con una melancolía muy contenida y con una franqueza a veces descarnada». El escritor lo recordaba con fastidio▶ «Quería ver, si escribiéndolo, me pasaba algo interesante; pero no pasó nada de ese tipo. Fue inútil».
Aquel verano de 2004 Marsé ultimaba su novela ‘Canciones de amor en Lolita’s Club’. Cerraba así un periodo poco productivo, cuatro años después de la gran acogida de ‘Rabos de lagartija’, uno de sus títulos mayores. La novela había sido concebida como guion para una película que había de producir Andrés Vicente Gómez con Fernando Trueba de director, que finalmente no se llevó a cabo. «Meses sin que me digan ahí te mueras», truena Marsé.
En su casa de Calafell, mientras nada en la piscina –nadar y escribir, dualidad benefactora– piensa en un epitafio para una hipotética lápida▶ «Por fin soy el escritor invisible que siempre quise ser». Mientras llega esa hora, no podrá escabullirse de la «vida litera
ria» y las entrevistas culturales que detesta (su lista negra de periodistas es tan larga como ácida). En el jurado del Planeta, del que forma parte, no se siente a gusto▶ «Yo pinto mal en ese premio». En las deliberaciones de 2004 no vota a ninguna de las cinco finalistas; en particular, «la infame novela de Lucía Etxebarría». Se plantea la dimisión, que llegará un año después tras el encontronazo con la ganadora del Planeta, María de la Pau Janer.
A pesar de que su nombre figura entre los posibles ganadores del Cervantes (el galardón no llegará hasta 2008), Marsé se siente preterido▶ «Ahora que lo pienso, empiezo a ser el candidato habitual y perdedor», anota con amargura. El diario de 2004 concluye con una severa autoreflexión del escritor que se cuestiona la utilidad de lo que escribe▶ «Soy desinteresado (lo vengo diciendo hace años), perezoso e inculto; poco observador, ignorante en muchos aspectos, desmemoriado (salvo para tres o cuatro obsesiones), sin fe en mí mismo y sin casi ninguna de esas cualidades que se suelen atribuir a un novelista▶ verbosidad, ingenio, agudeza, etc. Desconfío de mi trabajo y nunca veo nada claro, nunca me acaba de satisfacer lo que escribo. Y menos que nada este diario que empecé como una autoflagelación, hay que ser estúpido. ¿Debería estar contento por haberlo concluido? Hombre, pues sí. Es un consuelo».
A los desencuentros con el cine por las adaptaciones de sus novelas se suma la sensación de que el Séptimo Arte que le apasionó ha dejado de serlo▶ «Si uno hace una lista de las cien mejores películas de la historia te das cuenta de que todas son anteriores al 65. A partir de ese año el cine comenzó a devorarse a sí mismo, y desde luego a dejado de pertenecer a la cultura popular como pasaba en los años cuarenta o cincuenta».
Las dos libretas que siguen a los diarios podrían calificarse, a la manera de Pla, de ‘notas dispersas’. Las citas de autores de cabecera (Fitzgerald, Orwell, Camus, Valéry), las películas, los actores y actrices predilectos, la sarcástica descripción de la actualidad política (dardos al PP y al independentismo),
con su fotografía en un mitin
Juan Marsé, en su casa de Barcelona en abril de 2016 se conjugan con bosquejos narrativos, listados de medicamentos, alusiones a la diálisis que le mortifica, caricaturas, dibujos eróticos, cómics y recortes de periódicos a modo de collage.
«Enchufado a un artefacto mecánico que me bloquea los sueños», el Marsé de los últimos años solo encuentra consuelo en las tertulias dominicales y el trato con amigos▶ Joan de Sagarra, Valentí Puig, Javier Coma, Enrique VilaMatas o Luis Feduchi… Su vida social mengua hasta la reclusión▶ «En este mundo entregado al estruendo mediático ya casi no me interesa vivir. La insuficiencia renal y las coronarias van haciendo su trabajo en silencio».
Enemigos íntimos
Los enemigos íntimos de la literatura –con Porcel y los Goytisolo en cabeza– y el nacionalismo del que abomina, ocupa una buena porción de las notas. En octubre de 2010, prolegómenos del infausto ‘procés’, anota▶ «La Catalunya independiente que nuestros políticos nacionalistas nos están preparando no me gusta nada. Es una Catalunya excluyente, patriotera, insolidaria y beatorra». Las sospechas se cumplen seis años después, 2016▶ «Llegó la bestia sarnosa del nacionalismo», escribe parafraseando a Zweig.
«La masa capilar me aplasta la masa cerebral», acota a una imagen de Puigdemont. La identidad nacional, reitera, «se la trae floja». Califica de «coñazo» la Nación de Naciones que propone Sánchez▶ «¿Acaso no tenemos ya bastante con una?»
El 14 de marzo de 2019 Marsé vuelve a expresar el orgullo de ser un escritor catalán en castellano▶ «Os lo recordaré una vez más▶ la dualidad lingüística y cultural de Cataluña no es una anomalía, es una riqueza». Son las últimas notas de su penúltima primavera.
Las libretas se cierran con dos anotaciones. Una, a modo de divisa literaria▶ «Lo real puede no ser verdad▶ la ficción sí puede». La última, un poema con el que Marsé recuerda «caprichosamente» a Machado▶ «Yo ya me voy. / No de Cataluña, / del mundo me voy, / de Cataluña ya me fui / hace tantos años / que ya olvidé quién soy / y quién fui…»
independentista, se ha revelado un tonto de solemnidad»
«Últimas noticias▶ el avi Florenci era cleptómano compulsivo y Jordi Pujol no lo sabía… La Marta Ferrusola se lanza sobre Andorra en paracaídas y el Parlament de Catalunya la aplaude»
C. Puigdemont y C. Forcadell
Primer día de Joan Laporta como presidente del Barcelona. Inmenso reto el que tiene por delante para revitalizar el club económica, social y deportivamente. Dio el primer paso tras saberse ganador fundiéndose en un abrazo con sus dos oponentes, Víctor Font y Toni Freixa, escenificando lo que debería el final de las guerras intestinas y los ‘ismos’ tan arraigados del barcelonismo. Al menos, los 30.184 votos (54,28%) le convierten en el segundo presidente más votado de la historia y le legitiman como el abanderado para aunar al ‘soci’ culé. Y en su primer día da fue a visitar al primer equipo, al femenino y al Barça B. Precisamente, el equipo de Koeman, depositario de las ilusiones de la afición, centrará parte de sus desvelos.
La continuidad de Koeman, de Messi y renovar la plantilla es una de sus prioridades. Con el nombre de Mateu Alemany como director de fútbol y Jordi Cruyff (entrenador del Shenzhen chino, se le espera esta semana en la Ciudad Condal) para desempeñar el rol de secretario técnico, Laporta buscará devolver la ilusión a una grada desencantada que solo ha tenido unos pocos fogonazos de felicidad. Una de sus primeras decisiones será escoger el líder del proyecto, el entrenador. «Koeman es un grande del Barça y tiene todo mi respeto. Espero que le salga bien, pero su margen son los resultados y el juego», asegura Laporta, que no tiene pensado un cambio drástico de entrenador, y menos después de que Leo Messi le haya aconsejado que lo mantenga elogiando la gestión del holandés en el vestuario.
La continuidad de Messi será precisamente la prioridad en sus primeros días de mandato. «Messi ya me ha felicitado y creo que se quiere quedar», anunciaba este mismo lunes en entrevistas radiofónicas. El presidente siempre ha defendido la empatía que tenía con el jugador para argumentar su continuidad, aunque sabe que «no podremos competir a nivel económico con otros clubes, pero él no prioriza el dinero». La imagen del rosarino votando este domingo en el Camp Nou junto a su hijo se ha interpretado como un síntoma que le acerca a la continuidad.
La renovación de Ansu Fati
El ámbito deportivo también contempla la situación contractual de Ansu Fati, Dembélé, Pedri y Sergi Roberto, que acaban en 2022, además de la de Araújo, que aunque tiene dos años más de contrato, sus emolumentos están desfasados tras su papel en el primer equipo. Aunque el Barcelona argumenta que el contrato de Fati se puede prorrogar unilateralmente hasta 2024, el agente del jugador, Jorge Méndez, mantiene que la cláusula es ilegal, ya que cuando se firmó el futbolista era menor de edad. El club deberá negociar su continuidad subiendo su salario en tiempo de contención, algo similar a lo que sucede con Pedri. Diferente es el caso de Dembélé, cuyo coste ya asciende a 135 millones de euros. Tras tres temporadas nefastas a causa de las lesiones, esta campaña está demostrando su calidad y los motivos por los que se le fichó. Con un sueldo de 12 millones anuales más otros 8 en variables, Laporta deberá decidir si puede sostener tan elevada carga salarial o le traspasa este verano para recuperar parte de la inversión. En cuando a Sergi Roberto, uno de los capitanes del equipo, la dirección deportiva valorará la oferta de continuidad en función de su edad (29 años).
Las carpetas de fichajes no se abrirán hasta que quede configurada definitivamente la estructura deportiva, se evalúe la situación económica y se mantenga una reunión con Koeman para conocer sus necesidades.
Aunque enderezar la situación deportiva para volver a tener peso en Europa tras un lustro de históricas debacles es una prioridad, el momento económico en el que vive inmerso el club no es menos importante. Con una deuda de 1.173 millones de euros, 730 de ellos a corto plazo, Laporta busca reducir los gastos y aumentar los ingresos de forma urgente. Para ello se apoyará en Jaume Giró (estuvo en Gas Natural, La Caixa o Repsol), que será su vicepresidente económico. Entre sus
La prioridad «Messi ya me ha felicitado», presumió ayer viendo algo más
cerca su continuidad
Su agenda Ayer saludó al equipo, al que acompañará a París, y la próxima semana
será investido
medidas está la de reajustar los salarios, contener el gasto, potenciar los patrocinios, exprimir la camiseta o ampliar la base de socios. Pero su eje central gira en torno a la emisión de bonos voluntarios para los aficionados. «Cuando uno tiene mucha deuda debe diversificar las fuentes, y eso es lo que conseguirá la emisión de bonos. En mayo no habrá tesorería para afrontar los pagos. Los bonos serán con fondos de pensiones y aseguradoras a largo plazo. Es una falacia que ahora es peor momento para emitir bonos que hace tres años, porque la prima de interés del bono español y el bono alemán está un 1,5% por debajo ahora respecto entonces», ha defendido Giró, que se ha encontrado siempre con la oposición de Víctor Font a esta idea.
La remodelación del Camp Nou y la creación del ‘Espai Barça’ será otro de los caballos de batalla de Laporta durante sus primeros días de mandato. El estado ha envejecido y necesita urgentemente una serie de arreglos además de modernizar las vetustas instalaciones. Laporta pretende hacerlo en una fase para poder tenerlo listo en 2024, lo que obligaría al equipo a tener que jugar fuera. El estadio Olímpico de Montjuïc, donde jugó el Espanyol tras el derribo de Sarriá y mientras se construía el estadio de Cornellá, sería la opción escogida, aunque pasaría por un referéndum.