El juez devuelve a Junqueras y a otros seis líderes del 1-O a prisión
Tumba el «prematuro» y «precipitado» tercer grado que les ha vuelto a dar la Generalitat
La Generalitat concedió el tercer grado a los presos secesionistas solo 54 días después de que el Tribunal Supremo tumbase en diciembre su primer intento de dejarles en ‘semilibertad’. Si en aquella primera ocasión había sido «precipitado» y «prematuro» permitirles que solo fueran a prisión para dormir de lunes a jueves –los fines de semana, en casa–, no lo es menos ahora. En síntesis, es la razón del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 5 de Cataluña para aceptar los recursos de la Fiscalía y revocar los terceros grados que la Consejería de Justicia volvió a otorgar a los presos de Lledoners.
Tras pasar el día fuera, Oriol Junqueras, Jordi Turull, Raül Romeva, Joaquim Forn y los ‘Jordis’ regresaron ayer a dormir a Lledoners. No lo hizo todavía Josep Rull, por motivos médicos. La diferencia será que hoy los presos no podrán salir de prisión. Quedan por resolver los recursos respecto a Carme Forcadell y Dolors Bassa que tiene sobre la mesa el Juzgado de Vigilancia
Penitenciaria 1 de Cataluña, competente para lo que concierne a las cárceles de Wad-Ras (Barcelona) y Puig de les Basses (Gerona), donde cumplen condena, respectivamente.
La decisión del magistrado David García Esteban, suplente del Juzgado de Vigilancia 5 de Cataluña, supone un cambio de criterio respecto a lo que sostenía la titular del mismo juzgado, que el pasado mes de julio avaló la concesión del tercer grado a los siete de Lledoners. Eso sí, pese a dar el visto bueno a las ‘semilibertades’, la jueza las dejó entonces en suspenso hasta el pronunciamiento del Supremo, con lo que los presos volvieron a prisión. A Forcadell y Bassa, en cambio, su juzgado, ¿Cuáles son esos déficits? Principalmente, la falta de «asunción delictiva» de los siete presos. Reconocen «asépticamente» haber cometido los hechos, pero no tienen conciencia de que «con dichas acciones se haya cometido un delito». No se trata de que se arrepientan, dice el juez, pues esa figura solo está prevista en delitos de terrorismo, sino únicamente «tener conciencia» de haber delinquido. No es el caso de los presos separatistas.
El buen comportamiento en prisión tampoco es motivo para darle ya la ‘semilibertad’. Además, esas favorables circunstancias a nivel de sociabilidad ya las tenían cuando delinquieron y eso entonces no les frenó. Y, aunque no lo ha tenido en cuenta para revocar los terceros grados, el juez no ahorra un tirón de orejas a la Generalitat por lo «llamativo» de que los procedimientos de los siete hayan discurrido de «forma tan paralela».