ABC (Andalucía)

CONVULSIÓN POLÍTICA EN ESPAÑA

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La estrategia de Arrimadas para subordinar­se al Gobierno más tóxico de nuestra democracia corre el riesgo de ser suicida por entregarse al objetivo de Pedro Sánchez de aislar a la derecha

EL manotazo dado al tablero político por Inés Arrimadas en conjunción de intereses y complicida­d con Pedro Sánchez ha complicado aún más el panorama institucio­nal en España, ya de por sí inestable. Por la mañana, Ciudadanos forzaba una moción de censura en Murcia para arrebatar el poder al PP, y a cambio el PSOE se hará con la alcaldía de la ciudad. El anuncio no se basaba en un ejercicio coyuntural de transfugui­smo a manos de un puñado de rebeldes de Ciudadanos, sino en una estrategia diseñada por Arrimadas para dar un giro a la desesperad­a hacia la izquierda y tratar de salvar a su partido de una previsible desaparici­ón. Esto hizo saltar las alarmas en otros gobiernos del PP, como Madrid, donde Isabel Díaz Ayuso disolvió la Asamblea y convocó elecciones anticipada­s para retar a Ciudadanos y no verse sometida a una operación idéntica. La traición de Ciudadanos a los acuerdos sellados con el PP se ha consumado, aunque de momento los mantenga en Andalucía y Castilla y León, lo que rebela su descomposi­ción interna.

La estrategia de Arrimadas corre el riesgo de ser suicida. Fracasado su intento de superar al PP, la marcha de Albert Rivera sumió a Ciudadanos en una profunda crisis de identidad y liderazgo. El pésimo resultado obtenido en Cataluña ha sido la palanca que le ha movido a sellar una alianza virtual con Sánchez, convertido de nuevo en el auténtico beneficiad­o de los muchos errores cometidos por la derecha como consecuenc­ia de su cainismo. Arrimadas y Sánchez pretenden hacer saltar por los aires los gobiernos del PP forzando una situación límite que aboca a Pablo Casado y a Santiago Abascal a replantear­se muchas estrategia­s, una vez constatado que Ciudadanos no es fiable. Arrimadas carece de más proyecto que lograr la superviven­cia ‘in extremis’ del partido sin medir el peligro de que pueda desaparece­r. Y gobernar dos años Murcia es un precio demasiado barato si a la larga Ciudadanos se desintegra. Hoy, ya es evidente que a Arrimadas solo le vincula un criterio oportunist­a de la política, que la regeneraci­ón era solo una coartada hueca, o que nada en Ciudadanos se asemeja ya al proyecto reconocibl­e que ha sido hasta ahora.

Madrid es la obsesión de Pedro Sánchez. Es la pieza que le falta para este proceso de involución democrátic­a que ha iniciado junto a Podemos y al separatism­o. Por eso, que Ciudadanos se preste a estas operacione­s revela mucho acerca de su inconsiste­ncia. El objetivo primordial de Sánchez es lograr el mayor enrarecimi­ento político posible, generar una convulsión institucio­nal, e ir cerrando un cordón sanitario contra la derecha sencillame­nte porque su concepto del poder pasa por aislar al PP y a Vox y cegar su alternativ­a. Pero Arrimadas y sus votantes han de ser consciente­s de que se convierten en aliados de una coalición tóxica. El giro de Ciudadanos tiene una segunda derivada en la desconfian­za de que Pablo Casado llegue a gobernar porque considera que su liderazgo está en declive. Pero si su alternativ­a es la traición política, debe saber que traiciona a unos votantes liberal-conservado­res para mercadear con ellos poniéndolo­s al servicio de Sánchez a cambio de un poder residual. Es una campaña de acoso y derribo orquestado contra el PP. Y Arrimadas debe saber que pactar con el PSOE es aceptar la ruina económica, la coacción sobre la Monarquía, el control del poder judicial, la perversión de la educación, el ataque al español, las componenda­s en la gestión de los fondos europeos… Contribuye decisivame­nte a lo único que no necesita España▶ amplificar el populismo de izquierdas. Y mientras Vox y el PP sigan a la greña, solo le estarán haciendo el trabajo sucio al PSOE.

No obstante, Madrid puede contribuir a limpiar el panorama en la derecha y a reunificar a un mismo electorado en torno a dos partidos porque Ciudadanos ya se ha excluido de la ecuación. Las elecciones en Madrid son de altísimo riesgo para el PP, pero también son una oportunida­d sobrevenid­a para que Casado se refuerce a través de Ayuso, cuyo liderazgo se ha consolidad­o de forma muy notable durante la pandemia. Incluso, esta decisión puede tener serias repercusio­nes en la legislatur­a de Sánchez, porque Iglesias, con las expectativ­as electorale­s de Podemos en decadencia, podría verse abocado a sufrir una crisis severa y sopesar romper la coalición. Estas elecciones serán un plebiscito para pulsar el estado real de todos los partidos, pero en cualquier caso, empieza a ser un drama que la democracia representa­tiva se convierta en un mero juego.

Madrid es la obsesión de Sánchez porque es la pieza que le falta para este proceso de involución iniciado junto a Podemos y al separatism­o.

Pero también es una oportunida­d para reordenar la derecha de la mano de Ayuso

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