Arrimadas tensa más su partido con una apuesta de alto riesgo
Dirigentes críticos desconfían del paso emprendido y exigen una explicación
Todo o nada. Inés Arrimadas apostó muy fuerte ayer al bendecir sendas mociones de censura contra el PP en la Región de Murcia, tanto en la comunidad autónoma como en el Ayuntamiento. En ambos, Ciudadanos (Cs) gobernaba en coalición con los populares y su alianza con el PSOE supone enterrar definitivamente la estrategia que trazó Albert Rivera para formar ejecutivos solo con la derecha.
Aunque la propuesta de la moción de censura parte de Cs Murcia, concretamente de la coordinadora autonómica, Ana Martínez Vidal, la cúpula del partido estaba al tanto y avaló la operación desde el principio. De hecho, según pudo saber ABC, el plan se puso en marcha hace meses y nunca se descartó trasladarlo en el medio plazo a Castilla y León o a la Comunidad de Madrid. El único Gobierno autonómico de PP y Cs que no corría ningún peligro es el andaluz.
No obstante, en Cs se traslada el mensaje de que las mociones en Murcia son un caso «puntual» y que no son extrapolables al escenario madrileño ni al castellano y leonés. El portavoz adjunto de Cs en el Congreso, Edmundo Bal, ya anunció ayer que votarán en contra de la moción de censura registrada por el PSOE en Castilla y León.
El error de cálculo en la dirección nacional fue no valorar la posible reacción de Isabel Díaz Ayuso, quien ayer cesó a todos los consejeros autonómicos de Cs y anunció la convocatoria de elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid. Un golpe sobre la mesa que está por ver si consigue parar las mociones de censura registradas después por el PSOE y por Más Madrid.
Ignacio Aguado, ya exvicepresidente de la Comunidad de Madrid, acusó a Díaz Ayuso de «mentir» al afirmar que, de no convocar elecciones, el PSOE y Cs habrían repetido la jugada de Murcia en Madrid. Algo que siempre han negado en el entorno de Aguado y que también desechó ayer Bal en la Cámara Baja, donde acusó de «irresponsable» a la presidenta regional y llamó «oportunistas» a los partidos que registraron mociones de censura tras el movimiento en Murcia. Según Aguado, ayer se iba a anunciar el acuerdo de presupuestos entre PP, Cs y Vox, antes de la decisión de Díaz Ayuso.
«Nos encontramos con que Isabel Díaz Ayuso se ha comportado de la forma
La líder de Cs presentó ayer un cómic más irresponsable posible. Quiere que los madrileños paguen la corrupción del PP murciano», aseveró Bal, encargado de transmitir ayer la posición de la dirección nacional de Cs. Arrimadas, tras presentar un cómic en Madrid, se limitó a decir que son «incompatibles» con la corrupción y que no van a «tolerar» esas prácticas. Según ella, el PP «rompió» el acuerdo de gobierno en Murcia, pero descartó réplicas en otras regiones.
Pero Cs, más allá de la explicación oficial –la «pérdida de confianza» con el PP, la vacunación irregular y la presunta corrupción en el Ayuntamiento de Murcia–, ahuyenta la posibilidad de una fusión con el PP y confirma su aproximación al centro-izquierda. El movimiento blinda claramente la intención de Arrimadas de ejercer de partido bisagra que pacta a derechas y a izquierdas.
Los críticos se retuercen
El giro de Cs es arriesgado, en un momento ya muy delicado para el partido, porque en su aspiración de recuperar al votante de centro-izquierda puede terminar de alejar a aquel ‘antisanchista’ que confió en la promesa de Rivera. En plena crisis, con el partido hundido en las encuestas y menos de un mes después del batacazo en Cataluña, Arrimadas da un volantazo tras haber señalado en incontables ocasiones lo «irresponsable» que era promover mociones de censura en plena pandemia.
Un argumento que matizó Bal ayer, al afirmar que sería «mayor la irresponsabilidad» en caso de amparar la presunta corrupción de sus anteriores socios en Murcia. Pero lo cierto es que internamente el órdago se percibe con escepticismo, cuando no directamente con desprecio. Dirigentes consultados por ABC creen que es «un suicidio» que convierte de facto a Cs en «muleta del ‘sanchismo’».
Ya después de las elecciones catalanas el malestar se instaló incluso en el Comité Ejecutivo de Cs, donde Toni Cantó exigió la dimisión del vicesecretario general de Cs, Carlos Cuadrado. Cantó apuntó ayer en Twitter que no conocía la decisión «como gran parte de la ejecutiva», algo que confirman distintas fuentes a este periódico, que se cuestionan por primera vez el liderazgo de Arrimadas. Cantó, Juan Marín, Begoña Villacís y José Ramón Bauzá reclamaron sin éxito la convocatoria de un Comité Ejecutivo urgente. También lo hizo la portavoz de Cs, Melisa Rodríguez, quien forma parte del núcleo duro y desconocía todo.
En el resto de gobiernos compartidos por PP y Cs, se precipitó el cierre de filas tras la moción en Murcia y la convocatoria de elecciones de Ayuso. Francisco Igea en Castilla y León, Marín en Andalucía y Villacís en el Ayuntamiento de Madrid revalidaron su compromiso con los populares. Un importante dirigente de Cs hablaba anteayer de la necesidad de dar «un golpe de efecto» para reflotar Cs, pero advertía de la repercusión en Madrid. Un factor que ignoró la cúpula de Cs.
√
INÉS ARRIMADAS PRESIDENTA CS
«Somos implacables con la corrupción y el PP rompió el acuerdo de gobierno en
Murcia»
IGNACIO AGUADO EXVICEPRESIDENTE «Escucho con estupor a la presidenta en su rueda de prensa.
Miente. Qué irresponsabilidad»
TONI CANTÓ