Desplome sin freno en Europa
El Barcelona, que encadena dolorosas eliminaciones en el último lustro, no perdía en octavos desde 2007
El PSG grabó anoche una nueva muesca en la colección de fiascos europeos que acumula el Barcelona en los últimos años. La eliminación ante el equipo parisino en los octavos de final confirma la deriva continental del club catalán en el último lustro, en el que la sucesión de varapalos sufridos en la Champions evidencian su errática política deportiva debido a una mala planificación y una improvisación impropia de un club que tocó el cielo europeo levantando el título en 2015. La presencia en el banquillo de Ronald Koeman, el hombre que con su gol en Wembley entregó a la entidad su primera Copa de Europa (1992), no ha servido para conseguir enderezar el rumbo de un equipo que fue goleado por los franceses en el encuentro de ida disputado en el Camp Nou (1-4), aunque ayer lavó esa afrenta con una de las mejores primeras partes de toda la temporada. Insuficiente porque el Barcelona había perdido la eliminatoria en la ida, aunque recuperó la imagen en la vuelta.
Seis tropiezos consecutivos
Desde aquel triunfo en la final Berlín, el Barcelona parece ir de mal en peor. Atlético de Madrid (2016), Juventus (2017), Roma (2018), Liverpool (2019), Bayern (2020) y ahora PSG son demasiados tropiezos consecutivos como para hablar de un mero accidente. Más allá de las derrotas, al barcelonismo le duelen las formas y la fragilidad exhibida por su equipo en los últimos años, vapuleado ante la mirada de medio mundo. Las goleadas cosechadas en París (4-0), Turín (4-0), Roma (3-0), Liverpool (4-0) y, sobre todo, la del año pasado en Lisboa ante el Bayern (2-8), nublan el prestigio del Barcelona en la máxima competición continental. El orgullo mostrado ayer no basta para reinar en Europa.
Cinco de los futbolistas titulares que ganaron la final de 2015 continúan siendo piezas fundamentales del equipo actual, lo que demuestra la inoperancia de la dirección deportiva para encontrarles un relevo de garantía.
Messi, Ter Stegen. Piqué, Jordi Alba, Busquets y Sergi Roberto han estado en todas las debacles. Los altos salarios y los contratos largos fueron los argumentos a los que se acogió Bartomeu y su directiva para justificar la continuidad de los pesos pesados y de los jugadores más veteranos, abortando la necesaria remodelación que el fútbol exigía.
Si el humillante 2-8 recibido el año pasado en Lisboa confirmaba que se había tocado fondo, la eliminación en esta edición ante el PSG, con un contundente 1-4 en el partido de ida, añade otra decepción en la historia moderna de la entidad azulgrana▶ hacía 14 años que el Barcelona no caía eliminado antes de la ronda de cuartos de final de la Champions League. Hay que remontarse a los últimos estertores de Rijkaard y Ronaldinho (2006-07) para encontrar la anterior despedida en unos octavos de final. Fue ante el Liverpool aunque de una manera bastante más decorosa que en la actual, ya que el club inglés pasó de ronda tras un empate global (2-2) en el que prevaleció el valor de los goles fuera de casa (el Liverpool ganó 1-2 en el Camp Nou y el Barcelona 0-1 en Anfield).
Tan habitual era ver al Barcelona en las últimas rondas que las cantidades económicas y premios que la UEFA otorga a cada participante se presupuestaban en la partida de ingresos hasta los cuartos de final, con lo que esta eliminación tiene una doble vertiente dolorosa. Más allá de la deportiva, el club perderá los 10,5 millones de euros que ya había incluido en sus cuentas en concepto de bono por pasar esta ronda. El PSG
Nueva decepción
Atlético, Juve, Roma, Liverpool Bayern y ayer el PSG han eliminado al Barça desde su
corona en 2015
Palo económico El club pierde los 10,5 millones que incluyó en sus cuentas como bono por pasar la ronda de octavos
rompió ayer el cuento de la lechera.
Buena parte de la victoria en las urnas de Joan Laporta (30.184 votos, el 54,28 por ciento) obedece a la necesidad del socio de recuperar una autoestima de la que gozó en la anterior etapa con el abogado en la presidencia. Laporta, que rezumaba optimismo durante su primer viaje con el equipo, no pudo ejercer de talismán, aunque acabó satisfecho viendo la actitud y el juego desde el palco del Parque de los Príncipes de un equipo en transición que mantiene sus opciones en la Liga y puede salvar la temporada ganando la Copa del Rey, para la que se ha clasificado venciendo al Sevilla tras una épica remontada. De hecho, el mandatario aprovechó el viaje para intercambiar impresiones con Koeman.