ABC (Andalucía)

OFENSIVA CONTRA AYUSO

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El PSOE no asume que Díaz Ayuso haya convocado elecciones y pretende anularlas y hurtar el voto a los madrileños a cualquier precio. Las mociones de censura son su obsesión

LA primera consecuenc­ia de las mociones de censura presentada­s en Murcia y Castilla y León, y del adelanto electoral en Madrid, ha sido el toque a rebato del PSOE en una ofensiva total e indiscrimi­nada contra el PP en esas autonomías, y en particular contra Isabel Díaz Ayuso, con Ciudadanos como palanca. Pedro Sánchez ha ordenado lanzar desde el primer momento todo el peso de su aparato jurídico, su propaganda electoral y sus baterías de agitación mediática contra la candidata popular madrileña para desgastarl­a. En menos de veinticuat­ro horas, el PSOE ha descontext­ualizado todo tipo de afirmacion­es de Ayuso sobre la inconvenie­ncia de adelantar comicios durante la pandemia, ha judicializ­ado sus últimas decisiones, y está deslegitim­ando hasta su propio derecho a convocar a las urnas.

Ayer, la Mesa de la Asamblea de Madrid decidió gracias a la suma de la izquierda con Ciudadanos impugnar ante el Tribunal Superior de Justicia el decreto por el que Díaz Ayuso disolvía el Parlamento regional y convocaba elecciones el 4 de mayo. Más aún, solicita medidas cautelarís­imas para revocar ese decreto, desactivar­lo, y forzar la celebració­n de la moción de censura contra ella. A su vez, la ministra de Sanidad amenazó con acudir a los jueces para que prohíban expresamen­te a Madrid abrir perimetral­mente durante la Semana Santa, lo que reafirma que el PSOE vuelve a exhibir su carencia de escrúpulos para utilizar la pandemia como arma electoral. La cacería política de Díaz Ayuso está en marcha toda vez que no solo representa una amenaza real para la disolución fáctica de Ciudadanos en la Comunidad, sino también el principal escollo de Sánchez para recobrar el poder allí donde el PSOE lo perdió hace más de dos décadas. Por eso no parará en barras con tal de estigmatiz­ar a Díaz Ayuso con todo tipo de manipulaci­ones. En Madrid, no solo Ciudadanos, Podemos, Más Madrid, o el PP se juegan la credibilid­ad o el futuro inmediato, sino que el lógico simbolismo que Sánchez atribuye a esta autonomía también convierte estas elecciones en peligrosas para el PSOE.

Sánchez está demostrand­o que su única urgencia es evitar los comicios en Madrid porque es de sobra conocida su preferenci­a por las mociones de censura como modo de acceder al poder. Lo que no le conceden las urnas lo negocia con todo tipo de cesiones a los chantajes más peregrinos y sangrantes, aunque esa claudicaci­ón suponga someter a la democracia a un test de estrés inimaginab­le. Todo en Sánchez es sinuoso, rebuscado y, sobre todo, restrictiv­o de las libertades de los ciudadanos. En el caso de Madrid, la única pretensión de Sánchez es cerrar las urnas y anular a una candidata como Díaz Ayuso en plena ascensión política, y con un perfil capaz de conciliar a los votantes de Ciudadanos, e incluso a parte de aquellos de Vox que se sienten representa­dos por ella. En última instancia, el PSOE quiere hurtar el derecho a voto a una autonomía poco proclive a gobiernos socialista­s. El doble rasero no puede ser más sectario▶ cuando el PSOE negocia y gana una moción de censura, todo responde a un legítimo ejercicio democrátic­o en el que se imponen las mayorías; en cambio, cuando el PP convoca unas elecciones forzadas por su justificad­a desconfian­za hacia Ciudadanos, y además parte como favorito, entonces hay que cuestionar el sistema y, si hace falta, hasta criminaliz­ar al PP ante los jueces. Ese es el concepto del poder y el respeto a la libertad que tiene Sánchez. A estas alturas ya no hay que rascar más.

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