La fugada Serret se entrega y rompe el bloque del ‘exilio’
El abogado del entorno etarra Íñigo Iruín asesora a la exconsejera del 1-O
La exconsejera catalana de Agricultura Meritxell Serret, quien huyó a Bélgica junto a Carles Puigdemont en octubre de 2017, volvió ayer a España para entregarse en el Tribunal Supremo. La dirigente republicana había ejercido hasta ahora como delegada de la Generalitat ante la Unión Europea, cargo que de forma sorpresiva dejó a principios de esta semana con la intención de recoger su acta como diputada en el Parlamento catalán, que se constituye hoy. El inesperado giro de Serret rompe el bloque del ‘exilio’ liderado por Puigdemont, ahora ya formado estrictamente por los fieles del ‘expresident’, separándose aún más las estrategias de los dos principales partidos independentistas▶ la de Junts, que sigue pivotando sobre Bruselas, y la de ERC, que se pretende cada vez más centrada en el Govern que presidirá Pere Aragonès.
Tras comparecer ante el instructor de la causa del ‘procés’, Pablo Llarena, para regularizar su situación procesal de rebeldía, Serret quedó en libertad, porque el delito por el que será juzgada, desobediencia, no lleva aparejado pena de prisión. Aun así, su comparecencia ante el juez era obligada, pues de lo contrario habría sido detenida y conducida por las Fuerzas de Seguridad al pesar sobre ella una orden de detención. Regularizada su situación, ahora está a la espera de prestar declaración, diligencia para la que el magistrado la ha citado el próximo 8 de abril.
Sin euroorden
Pese a que en un primer momento Serret fue procesada también por malversación, a raíz de la sentencia del ‘procés’ este delito se ‘desactivó’ en su caso, pues aquella resolución consideró que solo podían comprenderse en él la actuación de los consejeros que llevaron a cabo gastos concretos para el referéndum ilegal en sus respectivos departamentos, lo que no fue el caso de Serret como responsable de Agricultura. De ahí que desde el fallo del ‘procés’ Llarena ya no cursara la euroorden respecto a ella.
La dirigente independentista acudió al Supremo acompañada por el reputado letrado del entorno etarra Íñigo Iruín, que irrumpe por primera vez en el escenario judicial del ‘procés’. A las puertas del Alto Tribunal, Serret reveló que su decisión de entregarse la conocía muy poca gente y no quiso desvelar si Puigdemont era uno de los elegidos. «Ahora tengo ganas de hacer los últimos kilómetros hasta mi pueblo para abrazar a mis amigos y a mi familia», dijo la exconsejera.
Enmienda a Waterloo
Según el partido de Oriol Junqueras, la decisión de su exconsejera responde a la voluntad de ERC de luchar por la autodeterminación «desde Cataluña», lo que en realidad debe leerse como una enmienda a la estrategia del ‘exilio’ que pregonan Puigdemont y sus acólitos desde hace más de tres años, cuando empezaron su singladura en Europa, y que esta semana se ha llevado un duro revés con la aprobación de sus suplicatorios en el Parlamento
Europeo. Serret insistió en que su decisión implica «riesgos», casi se diría que una forma de remarcar ante Junts que el paso dado no es una rendición ante el Estado.
Desde el inicio de su ‘exilio’ en Bélgica, Serret ha mantenido un perfil
resaltó¿ muy bajo, prácticamente invisible. De hecho, era la única dirigente independentista Porque la desobediencia no está fugada a Bruselas que se mantuvo penada con cárcel y sí con multa fiel a ERC y alejada del núcleo de e inhabilitación. Waterloo. El camino de Serret es opuesto al que ha seguido su excompañero Toni Comín, consejero de Salud por Hasta que haya una sentencia Esquerra en el Govern Puigdemont, que diga lo contrario, sí. Una que se ha acabado integrado en el círculo vez juzgada, si es inhabilitada, del ‘expresident’. Según tendría que dejar su acta para ERC, la decisión de Serret es «individual» cumplir condena. pero tendrá implicaciones para los demás procesados por el 1-O.