«Estamos desesperados, la Administración no nos valora»
Los funcionarios piden más plantilla y critican la antigüedad de los medios informáticos
Continúan los trabajos encabezados por el CNI (Centro Nacional de Inteligencia) para devolver la normalidad al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Este organismo, dependiente del Ministerio de Trabajo, es víctima desde el pasado martes de un ciberataque a través de un virus de la familia ‘Ransomware’ denominado ‘Ryuk’. Este tipo de agente infeccioso está especializado en el secuestro y cifrado de datos para posteriormente exigir un rescate económico. Fuentes del SEPE aseguran que se quieren cerciorar de que todos los equipos están limpios, y difieren a la hora de especificar un plazo para volver a la normalidad. Sobre la mesa de este organismo, impactado por la pandemia y la escasez de recursos humanos, se acumulan diariamente entre 100.000 y 120.000 solicitudes sin resolver, según estiman desde CSIF y UGT.
Una situación que sufren en carne propia los 8.000 funcionarios que forman parte de la actual plantilla del SEPE. Entre ellos, Javier Hormigo, que también es delegado sindical de CSIF en Cádiz. «Estamos psicológicamente desesperados, no conseguimos que la Administración valore nuestro esfuerzo», resume el estado de desesperación de muchos funcionarios que se enfrentan al enfado de muchos usuarios. «Vienen muy cabreados, sobre todo, por los retrasos en la aprobación de las prestaciones», constata este empleado público.
Preguntado por sus condiciones de trabajo, Hormigo apunta que está en una oficina física donde «los ordenadores están apagados desde el martes pasado y no hemos podido reconocer ningún expediente de prestación». En este sentido, añade, que estos días están «gestionando estas citas de manera presencial. A los ciudadanos se les pide qué quieren solicitar, se les toma nota y, si están seguros, les facilitamos solicitudes físicas para que puedan entregarlas en registro». Los siete compañeros
Ana Ruiz (Barcelona) «Cuando toca teletrabajar, y todos estamos conectados, se colapsan los servidores»
de la oficina de Hormigo en Cádiz han visto «quintuplicado el trabajo desde el inicio de la pandemia en marzo». En concreto, ahora gestionan en total 70 citas más todos los días. Antes del Covid, cada uno atendía a hasta 20 personas diarias. Ahora, la cifra se ha elevado hasta 30. Sobre el
Por su parte, Ana Ruiz ejerce de jefa de área en Pineda del Mar (Barcelona) y en su oficina atienden 20 citas diarias, aunque lamenta que «no tenemos unos protocolos muy bien establecidos» y reconoce que, en ocasiones, se siente «desamparada». En este sentido, añade que «a veces he tenido que anular expedientes enteros y rehacerlos». El ciberataque ha interrumpido la atención al público en su oficina, ya que las citas se dan cada dos días. Incluso no se atreve a encender su portátil particular, con el que ha teletrabajado en varias ocasiones.
Preguntada por sus condiciones de trabajo, Ruiz explica que los ordenadores con los que desarrollan sus funciones «llevan más de 15 años» en las instalaciones y que «las aplicaciones informáticas y el soporte técnico tiene una antigüedad media de 30 años». Al hilo de lo anterior, lamenta que cuando le toca teletrabajar ,«y todos estamos conectados, se colapsan los servidores». A pesar de lo anterior, esta funcionaria estima que de las 150.000 solicitudes que tenían en la provincia de Barcelona en septiembre quedan menos de 25.000.
Desde la sede de la dirección provincial de Las Palmas, la delegada de USO Yaiza Cecilia Santana, que lleva 12 años como funcionaria en el SEPE, reconoce la complicación de formar a los 1.500 interinos incorporados el año pasado. En esta línea considera que «hacen falta más funcionarios, porque no llegamos a todo» y exige que se les dote de medios similares a Hacienda. Por ejemplo, en su oficina, son 60 personas, «y todos estamos con ERTE». Santana añade que también hay «gente de baja por estrés» y apoya la huelga recientemente convocada por USO.