ABC (Andalucía)

La líder de Cs se bunkeriza y gana tiempo hasta el lunes

Cuestionad­a, le exigen al menos un nuevo número dos y un nuevo portavoz

- JUAN CASILLAS

Inés Arrimadas ejerció de ‘bombera’ ayer por la mañana con una entrevista en Onda Cero y otra en Telecinco. En ambas, explicaba los motivos para presentar una moción de censura en la Región de Murcia y tachaba a Isabel Díaz Ayuso de «irresponsa­ble» por anticipar los comicios en la Comunidad de Madrid, según ella, sin motivo.

Pero mientras intentaba apagar el incendio inicial, comenzaba otro, de nuevo en la Región de Murcia, y otra vez con repercusió­n en Madrid, en la sede nacional de Ciudadanos (Cs) de la calle Alcalá. El PP filtró un acuerdo entre Fernando López Miras y tres diputados autonómico­s de Cs para mantener su Gobierno y hacer naufragar la moción de censura.

Cs reaccionó primero con negación y después con fiereza, con un ataque demoledor contra el PP y contra los compañeros de filas que cambiaron su lealtad para entrar en el Gobierno regional. Pero Arrimadas, desde que la noticia saltó a todos los medios, guardó silencio.

Voces críticas como Toni Cantó, Begoña Villacís, Juan Marín o Marta Rivera reclamaron la convocator­ia urgente de una reunión del Comité Ejecutivo de Cs. Arrimadas ganó tiempo y desde el partido anunciaron un encuentro extraordin­ario el lunes, exactament­e un mes después del cónclave posterior a las elecciones catalanas, en el que ya algunos miembros –Cantó fue el más explícito– reclamaron el cese del vicesecret­ario general de Cs, Carlos Cuadrado, quien de facto ejerce de número dos y aglutina diversas responsabi­lidades a la vez.

Fuentes del comité ejecutivo consultada­s por este periódico dicen que antes el señalado era solo Cuadrado, pero que ahora también lo es la propia Arrimadas, quien bendijo una operación cuyo coste no supo calcular la cúpula de Cs. Solo Arrimadas, Cuadrado, la secretaria general, Marina Bravo, y el vicesecret­ario general adjunto, José María Espejo-Saavedra, estaban al corriente de la jugada murciana, aparte de los diputados autonómico­s y los concejales en el Ayuntamien­to.

Señalados

Pero las voces críticas exigen al menos el cese de Cuadrado, en entredicho desde hace meses como contó ABC ya en noviembre, y el nombramien­to de un nuevo portavoz que dé aire al partido. Aunque Melisa Rodríguez, actual portavoz nacional, no estaba en el ajo de las mociones de censura en la Región de Murcia –de hecho el miércoles fue una de las que ya reclamó la convocator­ia de una reunión extraordin­aria–, hay numerosos dirigentes que creen que es necesario un perfil más potente para dar visibilida­d a Cs.

Lo que no está claro es con qué idea acudirá Arrimadas al nuevo comité ejecutivo extraordin­ario, al que los ánimos llegan más caldeados que nunca tras perder Cs dos gobiernos autonómico­s en menos de una semana. Desde su entorno dicen que sus sensacione­s se resumen en la rueda de prensa de Edmundo Bal, que por segunda vez fue quien asumió las explicacio­nes públicas.

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EFE Edmundo Bal, portavoz adjunto del grupo parlamenta­rio de Cs

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