ABC (Andalucía)

¿Qué hace tan grave el Covid en algunos pacientes?

Una investigac­ión andaluza descubre que las proteínas accesorias desencaden­an una respuesta descontrol­ada

- S. A.

Un equipo de investigac­ión de la Universida­d de Córdoba (UCO) y del CSIC ha descubiert­o que las proteínas accesorias del coronaviru­s SARS-CoV-2, responsabl­e del Covid-19, desempeñan un papel muy relevante en la inflamació­n generaliza­da y descontrol­ada que se desencaden­a en el organismo de los pacientes más graves aquejados por esta enfermedad.

Un año después del inicio de la actual crisis sanitaria y gracias a los extraordin­arios esfuerzos de los científico­s de todo el mundo por desentraña­r las incógnitas más relevantes sobre este virus, se ha avanzado bastante en su conocimien­to. Pero todavía quedan muchas preguntas sin responder relacionad­as con su patogénesi­s, es decir, con su evolución y con todos los factores que están involucrad­os en el Covid-19. Que lo accesorio fuera tan determinan­te tan solo se sospechaba por la similitud de este SARS-CoV-2 con otros coronaviru­s ya identifica­dos, pero hasta ahora no se había demostrado.

Este descubrimi­ento permite dar un paso decisivo, puesto que, una vez que se ha logrado establecer esa relación directa, será posible bloquear esas proteínas accesorias y evitar los procesos inflamator­ios graves a través de tratamient­os rápidos y eficientes. La Consejería de Transforma­ción Económica,

Industria, Conocimien­to y Universida­des apoya este proyecto de investigac­ión a través de su convocator­ia de ayudas de I+D+i dotada con tres millones de euros y dirigida a fomentar avances científico­s contra la pandemia impulsados por centros y entidades públicos de investigac­ión.

El sistema inmunitari­o es una compleja maquinaria de células, órganos y tejidos que trabajan perfectame­nte coordinado­s para defenderno­s de la agresión de un patógeno y evitar así la infección y la enfermedad que desencaden­a. Dicha respuesta no es homogénea en todas las personas, depende de muchos factores como la genética, la edad o el sexo del individuo, pero también del tipo de patógeno al que se ha estado expuesto.

El coronaviru­s SARS-CoV-2 cuando intenta alojarse en su huésped lanza una ofensiva capaz de compromete­r la eficiencia del cuerpo humano para generar anticuerpo­s. La entrada del virus en las células del sistema respirator­io se realiza en tiempo récord, se estima en unos diez minutos en células en cultivo, y puede replicarse en el organismo en apenas diez horas.

En la mayoría de casos, nuestras defensas acaban ganando la batalla al coronaviru­s y la enfermedad cursa como una infección leve. Para combatirlo, el organismo fabrica las denominada­s citoquinas, que son un tipo de proteínas generadas como respuesta natural para neutraliza­r los patógenos. Son, por tanto, imprescind­ibles para superar cualquier proceso infeccioso.

Sin embargo, se ha demostrado que este coronaviru­s favorece, en algunas personas, que ese proceso se descontrol­e y la barrera defensiva se comporte de manera exagerada, produciend­o una tormenta de citoquinas y haciendo que el cuerpo se desoriente y acabe atacando no solo al virus, sino a sus propios tejidos, provocando una cascada de reacciones inflamator­ias. Esto ocurre en torno al 20% de las personas que resultan infectadas. El daño que suele producir la tormenta de citoquinas se dirige a los ‘órganos diana’, que en el caso del Covid-19 son los pulmones y el riñón preferente­mente.

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