China nos debe una explicación y la Unión Europea y Estados Unidos no han estado a la altura
LUIS VENTOSO
SE cumple un año del momento en que Sánchez, que venía tocando la lira ante una epidemia que ya se extendía desatada por Italia, se transmutó en Mi Persona y nos encerró con el estado de alarma más severo de Europa, sometiéndonos en paralelo a una chapa de propaganda gubernamental televisiva sin precedentes. Acto seguido, en julio, anunció que habíamos «derrotado al virus» y pasó a lavarse las manos ante las siguientes olas. Eso sí, manteniendo el estado de alarma para eludir los controles elementales en las democracias.
–España sigue siendo el cuarto país con más muertos por millón entre los de población superior a veinte millones (y eso a pesar de que nuestro Gobierno miente sobre los fallecidos y reconoce 70.000, cuando en realidad son más de 90.000). Solo se ha logrado vacunar al 7,9% de los españoles, frente a un 11% de Marruecos y un 17% de Serbia (Reino Unido está en el 34%). La economía española fue la que más cayó de toda la OCDE el año pasado (11%). Sánchez ha tardado un año en aprobar ayudas directas, cuando empresas y autónomos llevan meses desfondados.
–China nos debe una explicación. No solo no ha aclarado el origen del virus, que emergió allí, sino que sus datos son claramente falsarios▶ es imposible que un país con 1.400 millones de habitantes haya sufrido solo 102.000 casos y 4.849 muertos; cuando el pequeño Portugal, de diez millones, lleva ocho veces más casos y 16.650 muertos. La investigación de la OMS en Wuhan fue muy tardía y maniatada por las autoridades. Algunos de los científicos participantes creen que carece de valía y demandan otra.
–Europa y Estados Unidos han manejado la pandemia muchísimo peor que democracias asiáticas como Japón (8.587 muertos) y Corea del Sur (1.669). Los modelos de Estado descentralizados se han mostrado en general poco operativos. Occidente ha pagado también el peaje de su apego a la libertad, con unas sociedades menos disciplinadas y más hedonistas que las asiáticas.
–Europa ha demostrado que todavía pinta algo, al llegar la primera en la carrera de las vacunas solventes (con la BioNTech, inventada en Alemania, y la de Oxford). Pero el desempeño de la UE ha sido penoso. El fondo de ayudas sigue atascado en las espesuras de la burocracia bruselense y en el proceso de compra de vacunas la UE se ha movido como un paquidermo.
–En la carrera por el liderazgo mundial, China sale reforzada frente a Estados Unidos, que pagó el individualismo clásico de su sociedad y el negacionismo inicial de Trump y sus decisiones erráticas. Por desgracia, la opción autoritaria ha mejorado su imagen.
–La humanidad es mucho menos estoica que antaño (o más prudente). La epidemia del Covid, siendo terrible, ha matado por ahora a 2,6 millones de personas. La gripe de 1918 se cree que se llevó a más de 40 millones. Entonces a nadie se le ocurrió parar el mundo.