Toni Roldán Director de EsadeEcPol
«Por incompetencia o falta de convicción, Cs ya no puede ser ese partido liberal que pacte a los dos lados y genere estabilidad»
La entrevista con el director del Centro de Políticas Económicas de Esade (EsadeEcPol), Toni Roldán (Barcelona, 1983), se celebró a principios de la semana pasada, cuando la política parecía el menor de los problemas frente a la crisis económica y sanitaria. Pero, después de estallar el polvorín autonómico en Madrid y Murcia, el panorama ha cambiado por completo, dos años después de que Roldán abandonara Ciudadanos por los acuerdos autonómicos que ahora peligran y el giro a la derecha del partido. «La situación política me preocupa; estoy convencido de que existe un espacio grande de votantes moderados huérfanos, que no se sienten cómodos con el PSOE de Sánchez y su coalición, pero que tampoco quieren que la política española dependa de Vox. Ciudadanos, por el momento, no está siendo capaz de capitalizar ese espacio. Tener un partido liberal equiparable a cualquier partido liberal europeo, capaz de pactar a los dos lados del tablero, generar estabilidad, impulsar reformas y reducir la influencia de nacionalismos y populismos sería muy positivo para España.
Pero creo que, ya sea por incompetencia, o por falta de convicción, ese camino no lo va a recorrer este Ciudadanos. En política puedes hacer casi todo, menos el ridículo», considera días más tarde. —¿Cómo ve la posibilidad de grandes acuerdos para impulsar reformas? —Estamos ante una oportunidad perdida donde la clase política no esta ayudando con tantas formaciones y tanta polarización en una crisis tan gigantesca como la que tenemos. Me conformaría con políticos y partidos no sectarios. Líderes que asuman la dimensión que estamos viviendo y sean generosos para tender la mano y arremangarse. Eso se puede hacer de muchas formas. Con reformas y pactos de Estado. Cuantos más miembros tienes en el Gobierno, cuantos más actores políticos necesitas, y esto lo he sufrido cuando hacíamos acuerdos con el PP, más poder de veto hay. Si tienes que pactar con muchas formaciones con pocos escaños, y una de ellas es populista en lo económico como Podemos, no quieren asumir ningún coste político y se van a oponer a reformas ambiciosas.
—¿Son suficientes las ayudas aprobadas por el Gobierno?
—La situación de las pymes y autónomos es muy grave. En Alemania y otros países europeos se activaron ayudas directas hace meses, cuando comenzó la segunda ola. En España hemos dado mucho crédito a través del ICO, pero hemos hecho muy poco hasta ahora en ayudas directas (menos de la mitad que Francia, por ejemplo, en porcentaje del PIB). El plan de Calviño está bien en líneas generales, pero es probable que se quede corto▶ 7.000 millones en ayudas directas podrían ser insuficientes. En estos casos es siempre mejor pasarte de frenada que quedarte corto. Hay que evitar que por causas exógenas, como una pandemia, se pierdan empresas potencialmente rentables por no llegar a tiempo. En ese caso el coste para la economía a futuro es más grande. Creo que es positivo que el dinero se canalice a través de las comunidades autónomas.
Pero eso no será suficiente▶ esos 7.000 millones tendrán que ir acompañados inevitablemente de quitas de deuda, empezando por las deudas con Hacienda y Seguridad Social para evitar una oleada de insolvencias.
—¿Cree que la gestión de los fondos europeos adolece de falta de evaluación o controles externos?
—Aquí, los incentivos de los gobiernos no son los más adecuados. Te llega un ‘manguerazo’ de Europa, pero tienes que hacer reformas en un momento en el que los intereses de deuda son muy reducidos. También tienes gobiernos muy fragmentados que dificultan los acuerdos para conseguir implementar esas reformas. Me da miedo que en cinco años nos encontremos en una situación en la que el Gobierno holandés vea que no hemos hecho reformas y nos hemos gastado los fondos, porque no querrán volver a aportar recursos. La Comisión Europea es la que debe controlar que se están dando los pasos necesarios, pero es poco vendible políticamente retirar los fondos si no hay avances. Y el problema es que es mucho dinero y hay tentación de saltarse los controles. Hay que controlar muy bien cómo se adjudican los proyectos. Y no sabemos cuáles son los criterios, quién lo va a evaluar... Me gustaría ver una posición más agresiva del Gobierno porque ya implementamos muy mal. El Gobierno tiene previsiones muy optimistas cuando estamos en el furgón de cola de Europa y sin reformas los fondos no funcionarán al máximo.
√ «Hay tentación de
saltarse los controles con los fondos europeos. Y aún no sabemos los criterios ni quién evaluará los proyectos»
La última vuelta de tuerca de las medidas de ayudas anunciadas la semana pasada van en la buena dirección. Llegan tarde y quizá sean menos de lo necesario, pero son mejor que nada.
Es un programa bien estructurado que continúa abundando en tratar de paliar los problemas de liquidez de las empresas para que llegada la hora puedan volver a levantar el cierre sin que los problemas de liquidez hayan degenerado en problemas de solvencia.
Los bancos han salido mejor parados de lo que algunos apuntaban, lo que parece lógico. Aunque la tentación para algunos y por distintas razones fuera mucha, tampoco son ellos los que tienen que ser los paganos de este desagisado. Que no haya culpables quiere decir precisamente eso. Hubiera sido vestir a un santo para desvestir otro cuando este último es muy necesario que esté en buena forma para que la recuperación no descarrile a la primera de cambio.
Lógicamente el dinero tiene que ser para los que más se han
visto afectados y de entre estos
tratar de distinguir qué empresas
van a ser o no viables es un ejercicio que puede resultar
muy atractivo desde el punto de
vista teórico, pero de muy
difícil aplicación porque no son
diferencias sencillas de hacer.
Lógicamente habrá compañías que hayan sufrido un menoscabo en su modelo de negocio que no levante cabeza cuando se reabra la economía por mucha ayuda que ahora reciban. Ahora, trazar esa línea a priori no es tan obvio como a algunos les pueda parecer.
Probablemente sea mejor tirar por elevación, ya que es menos malo equivocarse con algunas compañías que a pesar de todo no vayan a pasar el corte, que al revés. No tratemos de rizar el rizo en la únicas circunstancias en las que Keynes tiene todo el sentido. El mercado lo volverá a poner luego todo en su sitio.