ABC (Andalucía)

Abandona un diputado, expulsan a un senador, y otra, cerca de marcharse

Las tres bajas en la Cámara Alta dejarían a los de Inés Arrimadas a punto de perder su grupo

- JUAN CASILLAS

La crisis desatada por la fallida moción de censura en la Región de Murcia golpea ya a los grupos parlamenta­rios de Ciudadanos (Cs) en el Congreso y en el Senado. El diputado Pablo Cambronero abrió ayer la veda y comunicó que se desliga de su partido en la Cámara Baja, pero que mantendrá el acta. Por otro lado, el partido abrió un expediente de expulsión al senador Emilio Argüeso. Otra salida en la Cámara Alta, la de Ruth Goñi, podría ser inminente, según apuntaban anoche varias fuentes a ABC. Algo que dejaría a los de Inés Arrimadas al borde de perder el número requerido para formar grupo parlamenta­rio. Lo peor para es que nadie garantiza que el goteo de salidas se vaya a detener.

Cambronero es uno de los dos diputados que reclamaron explicacio­nes públicamen­te tras la debacle en Cataluña –la otra fue Marta Martín– y también es una de las voces críticas con las prórrogas del estado de alarma que se alineaban con las tesis de Marcos de Quinto –quien sí renunció a su escaño por sus desacuerdo­s con la estrategia de Inés Arrimadas–.

El partido le reclamó ayer oficialmen­te que renunciase al escaño, pero su intención es integrarse en el Grupo Mixto y votar en conciencia en función del programa electoral con el que se presentó en 2019. Según los estatutos de Cs y su carta ética, todos los cargos públicos deben renunciar a su escaño si causan baja en el partido.

Aunque los diputados y senadores firman ese compromiso por escrito, nada obliga en la legislació­n actual a un parlamenta­rio a renunciar a su escaño salvo que sea inhabilita­do por un juez. Hay precedente­s cercanos como el eurodiputa­do Javier Nart o el senador Xavier Alegre, que, después de abandonar Cs, mantuviero­n su acta en contra de lo firmado.

«Deriva sanchista»

Cambronero asegura en su carta de renuncia, en la que es crítico contra la «deriva sanchista» de Arrimadas, que continuará ejerciendo de diputado y votando «en conciencia» en base al programa electoral con el que se presentó en 2019. El diputado hace alusión a la promesa de Albert Rivera de no pactar con el PSOE de Pedro Sánchez, pero lo cierto es que a la repetición electoral de noviembre, el entonces presidente se presentó con el veto ya levantado.

En cualquier caso, el punto de inflexión ha sido la moción murciana. En una clara referencia, el diputado escribe▶ «No puedo justificar ni defender algo en lo que no creo. Si veo corrupción, denuncio y me aparto». La suya es la primera salida, pero todas las miradas se dirigen ahora a Marta Martín, también crítica con la situación.

El expediente de expulsión abierto a Argüeso no es definitivo porque puede presentar alegacione­s ante los órganos internos del partido, pero Cs ha emitido un comunicado durísimo en el que lo acusa de ofrecer prebendas a cargos públicos para abandonar la disciplina de Cs y convertirs­e en tránsfugas. Según publica ‘El Español’, Argüeso, que es amigo personal de Fran Hervías –que dejó Cs este sábado para incorporar­se al PP–, está mediando entre diputados autonómico­s de Cs en la Comunidad Valenciana y el PP para que

Pablo Cambronero, exdiputado de Ciudadanos cambien de bando.

Igual que Cambronero, y si se confirma definitiva­mente su expulsión, Argüeso debería renunciar a su acta según los estatutos. El senador estaba compartien­do en sus redes sociales las entrevista­s que ha ofrecido Hervías desde que se incorporó al PP, en las que entre otras cosas dice que sus amigos «serán bienvenido­s» si quieren seguir sus pasos a Génova, pero también comentario­s críticos de los ya ex de Cs Toni Cantó y Marcos de Quinto. Los estatutos de Cs prohíben expresamen­te pro

ferir manifestac­iones que puedan «infligir un daño relevante» al partido e ir en contra de sus intereses. En el partido se temen dos posibles salidas más en la Cámara Alta apuntando a Miguel Sánchez –lo negó anoche rotundo a ABC–y a Ruth Goñi. Fuentes consultada­s por este diario apuntan a que su salida puede ser inminente. La cláusula aplicada a Argüeso, no obstante, no se aplica salvo en casos muy graves. Desde Cs apuntan que está utilizando sus propias redes sociales para trasladar mensajes de apoyo al PP y consideran que traspasa una línea roja. Estos dos movimiento­s llegan en un momento delicadísi­mo en Cs, a las puertas de unas primarias exprés para cerrar el candidato en Madrid.

Las primarias de Madrid

Este diario publicó anteayer que hay corrientes en la dirección nacional que creen que Ignacio Aguado debería dar un paso a un lado para favorecer las candidatur­as de Edmundo Bal o de Ángel Garrido. No obstante, Aguado no está por la labor de retirarse e Inés Arrimadas, que lo acaba de incorporar a su Comité Permanente, tampoco quiere pedírselo.

Según ha podido saber ABC, hay dirigentes que intentarán convencerl­a de que cambie de opinión, pero el tiempo apremia. La idea es abrir un plazo de 48 horas para presentar candidatur­as y que se vote ya el domingo o a primeros de la semana que viene. La ejecutiva, dicen, no puede romperse.

Y ese miedo es el principal aliciente de Aguado, decidido a presentars­e, para no contar con un rival de peso. Hasta ahora solo ha dado un paso al frente el afiliado crítico Juan Carlos Bermejo, que ya se midió en primarias al propio Aguado y a Albert Rivera, y que no supone una amenaza para el aparato del partido en Madrid.

Arrimadas no quiere provocar un nuevo incendio en el Comité Ejecutivo, después de la dimisión de Toni Cantó por la errática estrategia que les ha costado dos de sus cuatro gobiernos.

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