ABC (Andalucía)

El azote de los países del sur de Europa

Como primer ministro de la pasada legislatur­a, Rutte encabezó el frente de los llamados ‘frugales’ de la UE

- ROSALÍA SÁNCHEZ CORRESPONS­AL EN BERLÍN

La participac­ión superaba el 75% cuando faltaban minutos para el cierre de los colegios lo que significa que los votantes no se han sentido intimidado­s por la pandemia. Como hace habitualme­nte para ir a la oficina, Rutte se desplazó ayer también en dos ruedas para acudir al colegio electoral y allí dijo que como primer ministro, asume la responsabi­lidad de la respuesta del gobierno a la pandemia, pero añadió que aún no ha hablado mucho sobre qué hacer a partir de este momento, cuando las vacunas permitan una relativa vuelta a la normalidad. «Ahora es el tiempo de ver cuando salimos de esta crisis, cómo reconstrui­r nuestra economía y nuestras empresas, cómo reconstrui­r el sector de la salud».

La sorpresa relativa ha sido que según las encuestas a pie de urna, la prostituta Yvette Luhrs, de 36 años, habría obtenido al menos un escaño con su programa de defensa de la profesión y sus reclamacio­nes de que se les permita trabajar a pesar de las limitacion­es sanitarias impuestas por la pandemia.

También habrían logrado un escaño los votantes del partido 50Plus, que defienden los intereses de los jubilados y que estaban a puno de desaparece­r, a pesar de que en el país no para de incrementa­rse el número de votantes potenciale­s.

El pasado mes de abril, cuando todavía se estaba negociando la estructura del Fondo de Reconstruc­ción europeo y Mark Rutte visitaba una fábrica holandesa, uno de los obreros le gritó▶ «Eh, Mark, ¡no les des dinero a los españoles ni a los italianos!». El primer ministro reaccionó como si le hubieran mentado al diablo. «¡Oh! ¡No, no y no¡», exclamó, extendiend­o el brazo y levantando el pulgar, en señal de acuerdo con el trabajador▶ «¡tendré en cuenta tu consejo, amigo!». Y así ocurrió. En los consejos europeos –la máxima instancia en el gobierno de la Unión Europea– en los que se decidió la forma en que tomarían las ayudas a los países más afectados por la peor crisis europea desde la II Guerra Mundial, Rutte volvió a encabezar el grupo que presentaba resistenci­a y logró que, si bien no todo el fondo, al menos una importante parte del mismo fuese concebido como préstamos, en lugar de ayudas a fondo perdido.

No es la primera vez que Mark Rutte, en el gobierno de los Países Bajos desde 2010, adopta el papel de ‘poli malo ‘en los consejos de los líderes europeos. Holanda encabeza en Bruselas, de hecho, el grupo de países apodados ‘frugales’, que defiende una nueva línea de austeridad comunitari­a que mantenga el aumento de los presupuest­os por debajo del 1% del PIB y al que pertenecen también Austria, Dinamarca, Suecia y a menudo Finlandia.

«En mujeres y copas»

El gobierno de Mark Rutte ha pedido incluso a la Comisión Europea una investigac­ión sobre las cuentas de los Estados beneficiar­ios del Fondo de Reconstruc­ción, sugiriendo que no necesitan las ayudas tanto como aparentan y que no son rigurosos en su contabilid­ad y control de gastos.

El ministro holandés de Finanzas, Wopke Hoekstra, ha exigido a la Comisión que averigüe por qué los países sureños no tienen margen fiscal propio para afrontar esta crisis y ha solicitado que sean auditados para que el resto de socios pueda saben «en qué se gastan el dinero». Un anterior ministro de Finanzas de Rutte, Jeroen Dijsselblo­em, fue todavía más explícito durante la anterior crisis, en 2017, cuando acusó en Bruselas a los países del sur de gastarse el dinero en mujeres y copas. «Como socialdemó­crata que soy, creo que la solidarida­d es extremadam­ente importante. Pero quien se beneficia de ella también tiene unos deberes. No puedo gastarme todo mi dinero en alcohol y mujeres y luego pedirte ayuda», dijo. El primer ministro recién reelegido Rutte defiende que durante la anterior crisis, «nosotros también lo pasamos mal y recortamos 50.000 millones en gastos además de subir los impuestos, por eso ¿cómo puedo explicar a los holandeses ahora que vamos a dar dinero a países que no toman las medidas necesarias y que luego llaman pidiendo dinero a Bruselas? ¡Eso no se puede explicar!».

Gracias a posiciones como esta, Mark Rutte ha conseguido frenar el auge del populismo de ultraderec­ha en Holanda. Pero no es solamente una posición estratégic­a. Rutte vive según lo que predica. Ocupa el mismo apartament­o que se compró tras graduarse en la universida­d y conduce un Saab de segunda mano. Además de dirigir un gobierno, Mark Rutte ejerce dos horas a la semana como profesor en un colegio de secundaria en La Haya, enseñando Holandés y Estudios Sociales.

En julio del año pasado se hizo viral en Twitter un vídeo en el que el primer ministro portugués saludaba antes de entrar en su flamante vehículo oficial mientras Rutte volvía a casa en su medio de transporte habitual, la bicicleta, tras la cena de trabajo que ambos habían mantenido en La Haya.

«Por supuesto» «¡Eh Mark, no les des dinero a los

españoles ni italianos», le gritó

hace poco un obrero holandés

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EFE
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