Trasplante renal cruzado infantil sin compatibilidad sanguínea
Candela nació hace ocho años con un síndrome nefrótico de origen genético. A los 20 meses, le diagnosticaron la enfermedad y empezaron los problemas que le condujeron, cuando tenía 4 años, a un primer trasplante de riñón que su cuerpo rechazó.
A esta dura experiencia le siguieron cuatro años más de sesiones de diálisis. Los médicos no veían solución fácil a su situación, pero no dejaron de buscarla. El pasado diciembre, en plena pandemia, cirujanos del Hospital Sant Joan de Déu y el Hospital Clínic de Barcelona, dentro del Programa de Trasplante Renal Cruzado de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), le pusieron con éxito el riñón de un donante adulto de Sevilla con el que, sin embargo, no tiene compatibilidad sanguínea.
Su caso pasará a la historia como el primer trasplante renal cruzado pediátrico de grupo sanguíneo no compatible. Su padre se ofreció como donante pero no era compatible. Finalmente, el programa dio con uno. El progenitor donó su riñón a un paciente de Sevilla con el que su pequeña era compatible, y Candela recibió el órgano de este último con la peculiaridad de que sus grupos sanguíneos no tenían compatibilidad.
La intervención, que duró cuatro horas, no fue fácil. Los cirujanos administraron a Candela el tratamiento de inmunosupresión que se prescribe antes de un trasplante y luego la sometieron a un proceso de depuración de anticuerpos anti-A que reaccionarían contra la sangre del donante.