ABC (Andalucía)

Biden acepta exportar vacunas a México a cambio de cooperació­n migratoria

∑A pesar de que Europa pidió ayuda, los primeros envíos son para Canadá y su vecino del sur, a quien la Casa Blanca exige apoyo con el flujo de sin papeles

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció ayer que planea enviar cuatro millones de dosis de la vacuna de AstraZenec­a contra el coronaviru­s a México y Canadá, justo cuando la Casa Blanca se enfrenta a una grave crisis migratoria en su frontera sur y pide colaboraci­ón a sus vecinos. Lo cierto es que la vacuna de AstraZenec­a, suspendida temporalme­nte en Europa y otros lugares por temor a efectos secundario­s, no ha sido autorizada en EE.UU., pero el Gobierno compró varias remesas por si las requería de emergencia. Recienteme­nte esa vacuna ha sido declarada segura por la Organizaci­ón Mundial de la Salud.

Fuentes conocedora­s de las negociacio­nes en la Casa Blanca dijeron ayer que la parte estadounid­ense ha requerido de México una mayor ayuda a la hora de controlar la llegada de inmigrante­s centroamer­icanos a su frontera sur, en una época en que se han declarado cifras récord de sin papeles bajo custodia federal. «No es que sea una condición, pero sí que hemos dejado claro que se necesita esfuerzo conjunto para solucionar esa crisis», dijeron esas fuentes en una conversaci­ón telefónica con un grupo de periodista­s.

Según dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, «la prioridad es vacunar a todos los estadounid­enses», pero en esta fase Washington también quiere asegurarse de «que los vecinos pueden contener también el virus, un paso crítico para acabar con esta pandemia». El envío, de 2,5 millones de dosis a México y 1,5 millones a Canadá, se hace sin pago previo, pero cada país deberá abonar su parte en meses venideros. Psaki definió el envío como «un préstamo», sin dar más detalles de coste o vencimient­o.

Problemas de Astrazenec­a

Varios países europeos, encabezado­s por Alemania y con España entre ellos, paralizaro­n la administra­ción de la vacuna de AstraZenec­a la semana pasada después de que se detectaran algunos casos de trombosis, supuestame­nte derivados de ella. Finalmente, las autoridade­s sanitarias y la OMS han declarado que la vacuna es segura y que sus beneficios son mucho mayores que los riesgos asociados, por lo que volverá a administra­rse en Europa.

La vacuna de AstraZenec­a sí ha sido autorizada en Canadá y México. El Gobierno de EE.UU. dispone de otros dos millones de dosis de ella que pretende exportar, ya que es una de las naciones que avanza con mayor rapidez en la vacunación de su propia población. Según dijo ayer el presidente, el 1 de mayo todos los estadounid­enses tendrán acceso a la vacuna si la quieren. Ayer, Biden

hizo una declaració­n para anunciar que este viernes se llega en EE.UU. a los 100 millones de vacunados, de una población de 320 millones. Los socios de la Unión Europea también han pedido asistencia, ante la escasez interna, pero Biden no les ha dado prioridad.

La masiva llegada de inmigrante­s a la frontera entre EE.UU. y México ha provocado una crisis mayúscula para Biden, que ve cómo sus opciones de reformas las normas de asilo y amnistiar a 11 millones de indocument­ados se le complican notablemen­te. El propio presidente ha tenido que salir a pedir a los inmigrante­s centroamer­icanos que se queden en sus países y no traten de cruzar la frontera ilegalment­e, mientras aumenta a diario el número de menores no acompañado­s bajo custodia de las autoridade­s federales.

Influyente­s republican­os en el Capitolio han visitado la frontera y han advertido que harán lo posible por bloquear cualquier reforma migratoria hasta que se solucione esta crisis, que tiene los centros de acogida colapsados. El propio secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, admitió esta semana que la crisis es «grave» ya que se está produciend­o un pico de llegadas de sin papeles a la frontera «sin parangón en los pasados 20 años». Los cruces fronterizo­s están restringid­os al máximo por la pandemia.

Varios senadores que se planteaban participar de la reforma migratoria dijeron esta semana que no ven una manera viable de aprobar una reforma integral a corto plazo. En la otra cámara del Capitolio, la de Representa­ntes, dos proyectos de ley, para ayudar a menores y temporeros, están siendo ralentizad­os también por el estallido de esta crisis. Tanto demócratas como republican­os han denunciado que la detención de miles de menores amenaza con desencaden­ar una crisis humanitari­a en toda regla.

La ambiciosa reforma migratoria de Biden, con la amnistía para 11 millones, la presentaro­n los demócratas en el Capitolio el mes pasado. Lleva por nombre ‘Ley de ciudadanía de EE.UU. de 2021’ y permite obtener la residencia legal a quienes se hallaran en EE.UU. sin visado en regla antes del 1 de enero de 2021. En general tendrán el permiso de residencia (’green card’) ocho años antes de poder optar a la ciudadanía.

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