Aznar: «Las batallas son democracia frente a autoritarismo y libertad frente a populismo»
El exjefe del Gobierno español debate con Sebastián Piñera sobre el futuro de Chile
Con la participación del presidente de Chile, Sebastián Piñera, del expresidente del Gobierno de España José María Aznar y del presidente del grupo Azvi, Manuel Contreras Caro, la sede de ABC acogió ayer el Foro Vocento España-Chile, un encuentro en el que se abordaron algunas de las cuestiones más apremiantes para el país suramericano, como su exitoso proceso de vacunación, que ha sido posible gracias a una compra audaz de dosis, o las próximas elecciones, con la apertura de colegios electorales los días 10 y 11 de abril, para elegir a la Convención Constituyente que redactará una nueva Carta Magna.
Con esas preocupaciones, la conversación siguió dos ejes, a partir de las cuestiones planteadas por el director de ABC, Julián Quirós, y de Carmen de Carlos, periodista de esta Casa, que abrió las intervenciones con una pregunta sobre la gestión de la pandemia.
«En Chile tomamos dos decisiones muy importantes –explicó Piñera por vía telemática desde su despacho de La Moneda, visiblemente satisfecho–. Primero, anticiparnos, porque en enero de 2020 ya nos empezamos a preparar para enfrentar la pandemia. En abril contactamos con muchos laboratorios, y buscamos acuerdos y cerrar contratos». Para el presidente chileno, los resultados han sido inmejorables. Según los últimos datos, casi seis millones de chilenos ya han recibido la primera dosis de la vacuna, lo que sitúa al país a la cabeza de los más eficientes en este proceso. «La intención es tener a toda nuestra población vacunada para enfrentarnos al segundo gran desafío –añadió Piñera–, la crisis económica».
Cambiando de tercio, Quirós se interesó por el proceso constituyente e interrogó a Piñera sobre las protestas de 2019, cuando miles de chilenos salieron a las calles, combinando episodios de violencia con otros de reivindicación pacífica. «Hubo heridas, grietas, que se empezaron a manifestar», respondió el presidente, sobre las dificultades que el país arrastraba después de haber completado una transición exitosa de la dictadura a la democracia tres décadas atrás. «El mundo es ahora muy diferente a los años 90», añadió el mandatario, que se mostró optimista al afirmar que el cambio se lleva a cabo «con mucho diálogo», y procurando dejar de lado «a los extremistas de ambos lados».
Sobre esas inclinaciones radicales, Piñera fue contundente y descartó los modelos de corte castrista o bolivariano para el futuro político del país▶ «Hay quienes quieren imponer utopías que no han funcionado en ninguna parte del mundo», dijo, en referencia a ese tipo de experimentos. «En América Latina, hemos sido muy propensos a esas tentaciones». Como freno, «la Constitución tendrá que aprobarse por dos tercios de los votos», explicó.
Inquietud por el futuro
Piñera y la vacunación
«La intención es tener a la población vacunada para enfrentarnos al gran desafío de la crisis económica»
Abriendo su diálogo con el presidente chileno, Aznar tomó el turno de palabra y expresó sus temores, mostrando preocupación ante el proceso político abierto en el país americano y alabando su trayectoria más reciente, en concreto desde la transición, un período en el que Chile ha conocido la paz, el progreso y el dulce sabor de las libertades. «Te habla un amigo y un demócrata inquieto, no solo por el futuro de Chile, sino por el de España, y del mundo entero», comenzó Az
Aviso sobre los radicales «Hay quienes quieren imponer un tipo de utopías que no han funcionado en ninguna parte del mundo»
nar, que recordó que, bajo la Constitución chilena de 1980, el país conoció cinco presidentes, cuatro de ellos de centro-izquierda. También manifestó sus preocupaciones internacionales, poniendo de relieve que en el mundo actual hay «dos grandes batallas▶ la democracia frente al autoritarismo y la libertad frente al populismo».
Para Aznar, convencido de que el bando autoritario es el que va ganando la batalla, las crisis políticas son las más peligrosas a las que se puede enfrentar un país. Por ello, el expresidente del Gobierno criticó la inestabilidad que ha sufrido España durante los últimos años, considerando que el final del bipartidismo no ha traído mejoras «ni en términos políticos, ni económicos, ni sociales ni internacionales».
«Desde que existe el multipartidismo, hay sectores que quieren poner en cuestión los pilares del éxito histórico español», afirmó Aznar. «Ahora, en Madrid, va a haber que elegir entre la libertad y el modelo que la cuestiona», explicó a continuación, sobre la pugna entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Iglesias por la Comunidad. «Las tentaciones populistas están presentes en España y en Chile –advirtió luego–, y espero que se cierren bien».
«Para el corazón de nuestra nueva Constitución, buscamos la libertad en el amplio sentido▶ libertad política, de emprender y libertad social, de oportunidades», respondió Piñera, intentando
Aznar y la crisis española «Desde que existe el multipartidismo, hay sectores que cuestionan el modelo de éxito español»
apagar las inquietudes y recordando que la Carta Magna de 1980 fue objeto de divisiones desde el día de su nacimiento, en pleno gobierno militar.
«Nosotros creemos en Chile. Desde el punto de vista jurídico, es el país más seguro de todo el continente», alabó por su parte Contreras, que expresó con afecto cómo su compañía vivió allí su primera experiencia de salida internacional.
«Somos conscientes de que hay riesgos, pero tenemos confianza en la sabiduría y el buen criterio del pueblo chileno», explicó Piñera. «Queremos que Chile sea una República democrática, con separación de poderes, porque eso es fundamental para el Estado de Derecho; queremos impulsar una mayor igualdad de oportunidades, y que se respete el derecho a la libertad, a fomentar la innovación y la creatividad», detalló.
El estallido social de 2019
Contreras y la estabilidad «Nosotros creemos en Chile. Desde el punto de vista jurídico, es el país más seguro del continente»
En Chile, la acumulación de décadas de descontento estalló el otoño de 2019, cuando las protestas encendieron las calles y pusieron a Piñera ante uno de los desafíos más difíciles de su mandato. Reaccionando a tiempo, el presidente ordenó la celebración de un plebiscito, para poner en marcha los resortes del cambio constitucional y satisfacer una de las demandas más repetidas por los manifestantes. Resultado de la dictadura de Pinochet, la Carta Magna de 1980 se había convertido en objeto de duras críticas y rabia. Celebrado el pasado octubre, el 78,25% de los votantes del referéndum respaldaron la redacción de una Constitución nueva. Desde el Palacio de La Moneda, el mandatario pidió que se convirtiera en un «gran marco de unidad, de estabilidad, de futuro».
Cuando sean elegidos, los miembros de la Convención Constituyente discutirán durante meses, entre nueve o doce, el contenido de la nueva Constitución. Según el calendario del proceso, el texto deberá ser aprobado en un nuevo plebiscito, que se calcula que tendrá lugar en agosto de 2022.