Hable con ella
La titular de Defensa redobla su desafío a la ministrable Ione Belarra, a la que reprocha su escaso apego al trabajo
En todas partes cuecen habas, pero lo que tiene montado Sánchez es la fábrica de Litoral. Los matices políticos de los que como del pedigrí de una cuñada hablaba anteayer Carmen Calvo se pueden apreciar en el ambiente del Consejo de Ministros y alrededores en vísperas de la remodelación del Gobierno. Margarita Robles se la tiene jurada a Ione Belarra desde que la encargada de llevarle y anotarle la Agenda 2030 a Iglesias alineó «con la derecha y los ultras» a la titular de Defensa, que acto seguido la mandó a limpiar residencias, para qué andarse con tecnicismos. Ayer Robles estuvo más fina y se limitó a darle la bienvenida a un mundo laboral que Belarra tiene inédito. «Si le dan un ministerio, la podremos juzgar por su trabajo, y no por sus más o menos ocurrentes tuits», dijo Robles en un quite que deja a la todavía secretaria de Estado a la altura de la bombera tuitera. Volviendo a Calvo, heteromatriarca del clan y capataz del cocedero de habas, la vicepresidenta asegura que lo importante en la coalición es hablar y «ajustar matices». No dice nada, sin embargo, de lo personal, esa esfera privada en la que el propio Sánchez, visionario en duermevela, situó cualquier crisis venidera con Podemos al quejarse de insomnio, mucho antes de que Errejón se pusiera a recetar ansiolíticos.