ABC (Andalucía)

El pulso sobre AstraZenec­a envenena el diálogo

Bruselas mantiene su amenaza de impedir las exportacio­nes de vacunas a Londres

- E. SERBETO

No hay más que leer la prensa británica para darse cuenta de que al otro lado del Canal de la Mancha se sigue el debate sobre el uso de la vacuna de Oxford-AstraZenec­a como si fuera un asunto de orgullo nacional o una competició­n deportiva de lo más pasional. La decisión de la Agencia Europea del Medicament­o del pasado jueves fue seguida con igual o mayor interés en Londres que en Bruselas, porque el Gobierno británico ha puesto el proceso de vacunación con «su» vacuna como principal bandera para defender lo acertado de su decisión de salir de la UE.

Para la UE sin embargo se trata también de imponer su dimensión y su peso económico para hacer valer sus intereses, por encima de los intentos de Boris Johnson, que quiere demostrar que está logrando vacunar a más personas y más rápidament­e que los europeos. Pero la Comisión Europea mantiene la amenaza de utilizar su artillería pesada y prohibir a AstraZenec­a que exporte las vacunas que produce en la UE, si el Reino Unido no acepta que la compañía anglo-sueca pueda enviar a la UE dosis fabricadas en sus instalacio­nes británicas para cumplir sus compromiso­s con Bruselas.

El ministro de Exteriores británico, Dominic Raab, respondió a las amenazas de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, diciendo que le «sorprendía» que estuvieran hablando en estos términos. «Normalment­e, son el Reino Unido y la UE quienes se unen para rechazar que otros países con puntos de vista menos democrátic­os que los nuestros se involucren en ese tipo de políticas arriesgada­s», dijo Raab a la prensa, y añadió▶ «Creo que es necesaria una explicació­n, porque el mundo está mirando», porque el país espera «que se respeten» las garantías dadas anteriorme­nte así como «el suministro legal contratado».

Intereses comerciale­s

La cuestión de las vacunas de AstraZenec­a empezó mal y hasta ahora ha sido un dolor de cabeza para Londres y para Bruselas. La Comisión negoció en verano con la compañía el suministro de 300 millones de dosis, lo que habría significad­o una base sólida para empezar el proceso masivo de vacunación en la UE. Sin embargo, en cuanto la vacuna fue aprobada por la EMA, cuando ya estaba siendo distribuid­a en el Reino Unido, los laboratori­os anunciaron que no podrían cumplir este objetivo. La Comisión forzó a la compañía a publicar el contrato para que quedara claro que debían suministra­rle también parte de la producción de sus plantas en territorio británico y no solo de las que tienen en Bélgica.

La Comisión ha aceptado que la compañía envíe productos desde el continente al Reino Unido pero a cambio exige que el Gobierno de Londres no bloquee la ruta de vuelta o de lo contrario, la presidenta Von der Leyen ya advirtió de que bloquearía las exportacio­nes. En una única ocasión se ha prohibido la salida de vacunas de AstraZenec­a y lo hizo el Gobierno italiano con un lote destinado inicialmen­te a Australia. El Gobierno de este país envió una carta de protesta a Bruselas.

 ?? EFE ??
EFE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain