Político con mirada llena de luz
Fue secretario general del PP catalán y siempre trató de aunar y formar equipo, desde su bondad
Se ha ido, nos ha dejado, pero siempre seguirá con nosotros. Se ha ido mi amigo, mi confidente, mi apoyo, mi secretario general, mi súper ‘secre’ (como le llamaba). Jordi era puro positivismo y un luchador, siempre animándonos a todos. Nunca olvidaré esa mirada llena de luz y esa sonrisa perpetua con la que afrontaba la vida. Jordi Cornet no era un político al uso, siempre ejerció sus responsabilidades desde el corazón y con el único objetivo de hacer el bien por los demás. Era bondadoso y humilde, trabajador incansable, gestor eficaz, amigo, compañero, hermano y muy buena persona. La luz de sus ojos se apagó de madrugada, cuando España dormía, como si hubiera decidido irse discretamente, sin hacer ruido. Era así.
Hacía algunas semanas que temíamos el momento de la despedida. Hombre de fe sólida, encaró los últimos meses con la dignidad que caracteriza a los valientes. Nos daba ánimos en estos últimos momentos. Era el apoyo de su familia y de sus amigos. Nos cuidaba, cuando más cuidado necesitaba. Mi corazón está roto. Como el de todos los que lo conocimos y admiramos. Fue un gran español de Cataluña.
Se afilió a esta gran familia que es el PP en 1986. En 1991 fue nombrado gerente del partido por su capacidad de negociación, de captación de talento y sagacidad. Posteriormente, fue elegido concejal de Barcelona, labor que compaginó con la de la Diputación. En 2010 dio el salto al Parlament, como número dos de mi candidatura, y dirigió la campaña de forma eficaz, contando con todos, sumando. Y obtuvimos el mejor resultado del PP en Cataluña. Sin él no habría sido posible, pero no quería protagonismos, lo hacía desde la retaguardia, sirviendo a los demás. Fue el gran secretario general del PP catalán.
Miembro de la Mesa del Parlament, en 2012 el presidente del Gobierno
Mariano Rajoy lo reclamó como delegado especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca. Sacó al Consorcio de los números rojos y redujo la deuda acumulada un 71 por ciento. De su mano llegaron las grandes ferias, como Imnotecnia Rent, eDelivery o el salón inmobiliario BMP. Le apasionaba su trabajo, quería construir una Cataluña moderna, competitiva, de transformación tecnológica y de investigación, como lo fue su proyecto de la primera incubadora de impresión 3D en Barcelona.
Su familia era su gran pilar de vida. Su esposa, Carmen, y sus hijos, Jorge, Javier, Teresa y Carmen, eran su mayor alegría, su recompensa vital. Marido y padre ejemplar, les ha dado en cada minuto de su vida, también durante su enfermedad, la mejor lección de vida, una vida de humildad, amor y fe.
A todos los que hemos tenido el honor de conocerle y quererle, nos ha dado esta extraordinaria lección de vida. El amor y la fe, lo pueden todo.
Gracias, mi ‘súper secre’. Eternamente, gracias.