ABC (Andalucía)

Arantxa Sánchez Vicario Josep Santacana, segundo set del partido final

En las próximas semanas se conocerá la sentencia donde se resolverá si el divorcio se debe firmar en España o en Miami. Ella continuará luchando por salvar una fortuna que no ha conseguido localizar

- ANGIE CALERO

Cansada y con ganas de que todo termine. Así se encuentra Arantxa Sánchez Vicario. Si en circunstan­cias normales un proceso de divorcio desgasta, al suyo con Josep Santacana hay que sumarle que desde el principio se convirtió en un litigio mediático que ya se ha dilatado tres años, que hay niños de por medio (de 12 y 9 años) y que la extenista no sabe dónde se encuentra su dinero. Una fortuna que Arantxa atesoró desde niña en las canchas de tenis y que cuando se casó en 2008 contabiliz­ó en 35 millones de euros. Según ha contado ella misma, cuando rompió con Santacana y quiso acceder a sus cuentas, descubrió que su dinero se había evaporado.

A todo esto hay que añadir que la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 no ha ayudado a mejorar la situación económica de Arantxa. En los últimos años se había reinventad­o con la retransmis­ión de torneos de tenis, unos partidos que la pandemia ha paralizado. «Ahora está mal, va subsistien­do como puede. Es una mujer fuerte y siempre consigue salir adelante», cuentan a ABC fuentes cercanas a su entorno, al tiempo que añaden que a Arantxa «se le han juntado muchísimas cosas» en los últimos años. La última ocurrió el pasado verano, cuando perdió a Maurice Kutner, su asesor jurídico en Miami y al que le pidió que se hiciera cargo del proceso de divorcio que tiene abierto en los juzgados de Florida.

Precisamen­te esta semana, el miércoles 17 de marzo, los tres magistrado­s de la sección 12 de la Audiencia Provincial de Barcelona se reunieron para valorar si aceptaban o no el recurso de apelación que el abogado de Arantxa en España, Ramón Tamborero, interpuso contra la sentencia dictada por la juez de Primera Instancia de Esplugas de Llobregat (Barcelona), que daba la razón a Santacana en su empeño por querer divorciars­e en España y no en Miami. En las próximas semanas se conocerá el fallo de la Audiencia Provincial. Aunque cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, esta nueva sentencia podría dar la razón a Arantxa. La extenista quiere que el divorcio se ejecute en Miami porque así sus abogados podrán rastrear todo el dinero que, supuestame­nte y según ella, tendría Santacana en su poder.

Para entender por qué hay abiertos dos procedimie­ntos sobre la misma causa a un lado y otro del Atlántico, es importante situar tres fechas a lo largo de 2018, año en el que trascendió que Arantxa y Santacana se habían divorciado, aunque llevaban ya dos años haciendo vidas por separado. El primer día relevante fue el 3 de enero de 2018, cuando Santacana solicitó el divorcio en el Tribunal de Florida; el 22 de febrero, interpuso la misma demanda en el juzgado de Esplugas de Llobregat, donde él y Arantxa se casaron en 2008; y la mañana del 26 de febrero, cuando Santacana retiró la demanda en el Tribunal de Florida. Ese mismo día, por la tarde, Arantxa se personó en el juzgado de Florida para interponer su propia demanda de divorcio.

Así, quedó abierto un proceso por parte de Arantxa en EE.UU., y otro por Santacana en España.

Un vaivén de fechas y de

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Juicio en España

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