El enlace de Maduro con Plus Ultra estuvo en un evento en Madrid en 2015
Camilo Ibrahim Issa visitó la capital en un congreso impulsado por el chavismo
La estrecha relación entre los máximos accionistas de Plus Ultra y el Gobierno venezolano de Nicolás Maduro se plasma a través de una persona▶ el empresario inmobiliario y comercial Camilo Ibrahim Issa, quien estuvo presente en ‘Expo Venezuela de Verdad’ en Madrid en marzo de 2015. Un evento que se celebró en el Círculo de Bellas Artes y que fue promovido por el propio Ejecutivo chavista para mostrar «la verdadera realidad de Venezuela» y desmontar «las mentiras de la prensa española».
En una fotografía publicada en la red social Twitter y con mención a @camiloibrahim, el magnate venezolano, vinculado a la aerolínea, aparece junto al cantante Omar Enrique, íntimo amigo de Nicolás Maduro, y en el centro de la polémica en las últimas semanas, por la detención de un joven que denunció en TikTok los privilegios que el artista y su familia tienen por su cercanía al régimen chavista.
La foto fue subida el tres de marzo de 2015, día en el que se clausuraba el evento y en el que, como ha contrastado este periódico, se celebró la actuación del cantante, además de la participación de la empresa Phoenix World Trade, con sede en Panamá y desde la que Camilo Ibrahim opera el franquiciado de Zara en Venezuela.
La exposición concentró en aquellos días a la comunidad venezolana residente en Madrid frente al Círculo de Bellas Artes para protestar contra el régimen de Maduro. Durante el evento también fueron expulsados dos periodistas de los medios Antena 3 y ‘Periodista Digital’. En España también fue promocionado en redes sociales por miembros de Podemos, entre ellos, Juan Carlos Monedero
En la exposición, los enaltecimientos a la historia del régimen bolivariano fueron constantes y el apoyo del Gobierno chavista se hizo evidente en Twitter. «Llevamos la verdad de Venezuela al Mundo para enseñar a quererla, admirarla y respetarla, ¡Que viva nuestra patria amada!» escribió en Twitter el mismo presidente venezolano, Nicolás Maduro. También la ahora vicepresidenta Delcy Rodríguez▶ «Listos para inaugurar en pocas horas la Expo Venezuela de Verdad en Madrid! Contra la guerra mediática», alentaba.
Los vínculos
Es con Delcy Rodríguez con quien mantiene amistad Camilo Ibrahim Issa, según aseguran miembros de la oposición venezolana. De aquí el vínculo entre el Gobierno de Maduro y el rescate de la aerolínea Plus Ultra, ya que Camilo Ibrahim aparece en hasta dos sociedades registradas en España junto a tres miembros de Snip Aviation –Rodolfo Reyes Rojas, El Arigie Harbie y Roselli Mieles– empresa que controla el 47% de las participaciones de la compañía.
Además, el domicilio social de ambas empresas coincide con la antigua dirección de la sede de Plus Ultra, como ya adelantó el medio ‘Vozpópuli’.
Snip Aviation entró en el accionariado de Plus Ultra en 2017, antes de que la compañía empezara a operar la ruta Madrid-Caracas (muy pocas compañías tienen autorizadas las operaciones comerciales en Venezuela) y meses antes de que se produjera la llegada de un sospechoso préstamo participativo desde Panamá, país en la lista negra de paraísos fiscales para la Unión Europea.
Una participación que, según la auditora de sus cuentas, evita la causa de disolución de la empresa que, a 31 de enero de 2020, contaba con un fondo de maniobra negativo de 5.753.638 euros y un patrimonio neto de 5.841.512,99 euros.
La compañía continúa en el ojo del huracán tras ser rescatada con 53 millones de euros por el Ejecutivo y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) que la consideraron estratégica a pesar de registrar números rojos en sus cuentas desde su puesta en marcha y de su presencia residual en las operaciones comerciales de aerolíneas en España, con apenas un 0,3%.
El Gobierno respondió con evasivas hace días a las críticas de la oposición, que ponen en duda el carácter estratégico de la compañía. «Es española, relevante y estratégica» respondió la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que afirmó que no rescatarla hubiera sido «prevaricación».