El autor del censo del callejero de Palma desmiente al alcalde
Dice ahora que el cambio es porque se rotularon durante el franquismo
¿Cuáles son los motivos para borrar una docena de calles de Palma por ser «franquistas»? El ayuntamiento del socialista José Hila se escuda en un informe del Govern balear que dice, entre otras cosas, que las calles de Churruca o Gravina no se refieren a los héroes de la batalla de Trafalgar sino a los barcos sublevados.
Sin embargo, las actas del propio consistorio, difundidas este lunes por varios historiadores, desmienten este argumento y dicen que los nombres se pusieron a los marinos y no a los buques franquistas. Tras el renuncio, el autor del informe, Marçal Isern, ha reconocido que el principal motivo por el que incluyó estos nombres en el Censo de Simbología Franquista de la secretaría autonómica de Memoria Democrática y Bon Govern es que las rotuló «un ilegal ayuntamiento franquista». «Es agotador tener que defender que los acuerdos plenarios de una dictadura son ilegales e ilegítimos», afirmó Isern en Twitter.
El sonrojante error histórico al acusar de «franquistas» a tres almirantes del siglo XIX –Churruca, Gravina y Cervera– ha forzado a Isern a dar explicaciones. «¿Dónde pone que es por los barcos franquistas?», le preguntó el periodista y doctor en Historia, el mallorquín Manuel Aguilera, a través de Twitter. A lo que él respondió▶ «El motivo principal de su inclusión en el censo fue por haber sido rotulado el año 1942, por un ilegal e ilegítimo ayuntamiento franquista» que «no tenía en mente la democracia precisamente a la hora de hacer cosas».
Sin embargo, tal y como apunta el doctor en Historia y divulgador cultura Daniel Aquillué la marinería de Gravina y Churruca permaneció leal al gobierno electo de la II República en julio de 1936, combatiendo contra los sublevados franquistas. Eso significa que, «a pesar de que se les pusiera el nombre un ayuntamiento franquista, en Palma se va a quitar la calle a marinos ilustrados y buques republicanos que combatieron al franquismo», argumenta con gran asombro.
Ante la polémica y las incongruencias defendidas, el propio Isern reconoció que «todos cometemos errores durante nuestras investigaciones y que realizar este censo no fue fácil, dada la complejidad y abasto de este trabajo».
Sobre la eliminación de la calle Toledo, el autor del censo argumenta que «no es por Toledo actual; es de Moscardó la gesta del Alcázar» y sostiene que los nombres elegidos lo eran «por buenas razones propagandísticas y políticas, como Berlín o Lisboa». Extiende este argumento a las calles Vía Roma, Argentina, Alemania o Portugal. «¿También habría que poner Roma de Mussolini, Argentina de Perón, Alemania de Hitler o Portugal de Salazar? No sabemos leer los mensajes ideológicos que nos dejó el franquismo en la toponimia, mal vamos. Y éste es el problema», apunta.
Este argumento, sin embargo, fue refutado en 2019 por los expertos de la Comisión Técnica de Memoria y Reconocimiento Democrático, que argumentaron que los nombres de Vía Roma y las Avenidas Portugal y Alemania habían perdido la connotación fascista que les dio origen. Siguiendo este criterio, habría sido posible mantener varias de las calles ahora retiradas por el consistorio palmesano. Entre ellas se encuentra la dedicada a Toledo, que ha generado un conflicto entre ambas ciudades. La alcaldesa de la capital castellano-manchega, la socialista Milagros Tolón, mostró su «descontento» con la decisión de retirar el nombre de Toledo del callejero de Palma y ha propuesto al alcalde José Hila que dé marcha atrás y Toledo siga teniendo una calle en la capital balear como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. A raíz de esta petición, el Ayuntamiento de Palma ha decidido retirar la placa de la calle Toledo en el barrio de Son Rapinya-Sa Vileta, pero buscará una ubicación para poner una nueva calle Toledo, que ahora sí no será considerada franquista.
Calle para una anarquista
Contradicciones en el consistorio
El alcalde, que inauguró en 2008 una de las vías que ahora sustituye, dice que la calle Toledo se cambiará por «franquista» pero que se le dedicará otra a esa ciudad
Mientras tanto, operarios del Ayuntamiento de Palma han empezado este martes a sustituir las placas de las doce calles afectadas, que ahora tendrán nombres de cartógrafos medievales, músicos, poetas o políticas de la II República, como la anarquista Federica Montseny, primera ministra en España.
El ayuntamiento, gobernado en coalición por PSOE, Podemos y los nacionalistas de Més, no ha ocultado su fijación por la figura de Joan March. La calle que hasta ahora le daba nombre al magnate mallorquín, una de las principales arterias de la ciudad, ha sido la primera en cambiar de nombre y se denomina ahora Avenida Gran i General Consell, en recuerdo del máximo órgano político administrativo del Reino de Mallorca fundado en 1249.
Según Llorenç Carrió, regidor de Educación y Política Lingüística y responsable de Memoria Histórica en el Ayun