La voz de Montserrat Caballé resucita en Armenia
Se presenta el último trabajo de la soprano, un canto de amor al país caucásico
En 2013 Montserrat Caballé se estaba recuperando de un ictus. Los médicos le habían prohibido expresamente subirse a un avión, y menos irse a un lugar montañoso, así que ella, haciendo gala de una testarudez tan fuerte como encantadora, esa que solo brilla a una edad muy concreta, como un atardecer, decidió poner rumbo a Armenia. Caballé, devota hasta la médula, quería celebrar los mil setecientos años de cristianismo en el país, la primera nación cristiana de la historia, nada menos. El viaje fue una suerte de peregrinación▶ la mítica soprano visitó algunos de los monasterios más antiguos del mundo, y allí, claro, se puso a cantar.
En aquella peripecia la acompañó su hija, Montserrat Martí, que lo recuerda así▶ «Nosotros estábamos con mucho miedo de saltarnos todas las prohibiciones médicas, de ir a un sitio en el que había esa altitud [muchos de los templos estaban a unos mil metros de altura]. Pero su fe, y las ganas que tenía de grabar esto, pudo con todo… Cada sitio en el que parábamos encontrábamos a gente muy agradecida, muy feliz de vernos allí. Era como un sueño para ella. Mamá era una persona muy creyente, tenía una fe profunda».
Una odisea
Ahora, ocho años después de aquella odisea (además de las alturas estaba la orografía▶ entre una parada había un mar de horas de carretera y curvas, todo incómodo para su edad y su salud) sale a la luz ‘La isla de la Cristiandad▶ Armenia y Artsaj’, un disco póstumo que recoge aquellos momentos tan especiales, y que funciona como un sentido homenaje al valiosísimo patrimonio histórico y cultural de esas tierras. «Armenia está muy lejos de mí, pero muy cerca de mi corazón», sentenció Caballé durante su visita, en una frase que ahora honra a un país entero.
El álbum en cuestión contiene diez canciones, con composiciones de Schubert, Händel, Komitas o Caccini, entre otros. Además, ahí es nada, cuenta con colaboraciones de Vangelis y Brian May. El primero aporta su conocido ‘Like a dream’ y, además, ‘Habanera’, una pieza nueva a la que la misma Caballé puso letra, para festejar su ochenta cumpleaños. El segundo ofrece ‘Is This the World we Created?’, que grabó en Abbey Road, y que sirve crítica a las atrocidades que se han cometido contra la humanidad a lo largo de la historia, y de las que Armenia es un triste testigo directo.
En palabras de Vladimir Karmirshalyan, embajador de Armenia en España, que participó en la presentación de la obra, se trata de un trabajo «irrepetible»▶ no solo por la muerte de Caballé, sino también porque muchas de las iglesias que ella visitó, y en las que actuó, fueron destruidas en otoño a causa del conflicto de Azerbaiyán por la región de Nagorno Karabak (la Artsaj del título). De hecho, tras su paso por la zona, Caballé se convirtió en ‘persona non grata’ para las autoridades de Azerbayán. «Aún hoy yo no puedo viajar allí», apostilló su hija.
Amor por Armenia
En 2013, recién salida de un ictus, Caballé emprendió un largo viaje por Armenia y sus templos
Durante su periplo, Caballé visitó el monumento dedicado a las víctimas del genocidio armenio, y conoció al jefe supremo de la iglesia armenia. «Estuvimos con él delante de las reliquias de la cruz de Cristo; había popes que nos cantaron a capela con esas voces profundas que tienen, como venidas de otra parte, y mamá lloró de emoción. Estaba delante de algo que para ella era un símbolo», evocó Martí.
Su conexión con el país fue fortísima, un flechazo, hasta el punto que decidió sumergirse de lleno en la música armenia, de la que quiso empaparse. De hecho, en varios temas de ‘La isla de la Cristiandad’ se escucha el duduk, un famoso instrumento originario de este país. «Sus objetivos eran peregrinar y apoyar al pueblo armenio, del que conocía muy bien su historia. Para ello aprendió a cantar dos canciones armenias, lo cual es muy difícil en el tiempo en el que lo hizo y exigió horas y horas de estudio», reveló Garik Israelian, director del festival tinerfeño Starmus y productor del disco.