ABC (Andalucía)

A nadie le gusta apostar al perdedor. Sin asustarse de las paradojas▶ están de moda

JOSÉ MARÍA CARRASCAL

-

LA atmósfera política se caldea por días con los trasvases, pifias de unos y derrapes de otros, hasta el punto de que puede llegar a la ebullición incluso antes de votar en Madrid el 4 de mayo.

Basta oír los insultos que se cruzan y la rabia de la brigada agit-trop del Gobierno en las tertulias para darse cuenta de que empiezan a perder los nervios al ver que la operación ‘mociones de censura’ en tres autonomías ha hecho descarriar sus planes de tomarlas al asalto. El más furioso es Iglesias, que, tras predecir cárcel para Isabel Díaz Ayuso, ha denunciado por corrupción al secretario general del Partido Popular, García Egea, por lo ocurrido en Murcia. Algo que no se sostiene ni con cola de carpintero, pero que indica el ataque de pánico que sufre, pues las encuestas le advierten de que puede no alcanzar el 5 por ciento necesario para obtener representa­ción, al haberse negado su excamarada Errejón a compartir candidatur­a con él. Y acabamos de empezar.

El más amenazado, de todas formas, es Ciudadanos, que se desangra por todos los lados, muy especialme­nte por el del Partido Popular, aunque también hacia el PSOE. Pero si nos detenemos a pensar resulta lógico; Cs nació de la UPyD de Rosa Diez, que a su vez salió como centro-centro defensor de los principios, hasta caer en manos de la pareja Rivera-Arrimadas, que prefiriero­n buscar el poder, primero desbancand­o al PP como oposición, lo que costó el puesto a Albert. Luego, aproximánd­ose al PSOE, que puede hundir a Inés. Aunque lo más curioso es que puede convertir a Cs en árbitro de la situación si nadie alcanza la mayoría absoluta, dando sus pocos escaños a unos u otros. Es la gran paradoja (del griego para-doxa, «aparente incompatib­ilidad entre dos conceptos resuelta por la superiorid­ad del más profundo»), que decidiría el vencedor de estas elecciones, que a su vez decidirán las próximas generales.

Sobre las que es aún más aventurado profetizar. De momento, sólo podemos apuntar tendencias. Si el bloque de izquierdas PSOE-PodemosMás Madrid venía ganando peso y coherencia frente al de derechas PP-Vox, la marea parece haber cambiado tras los errores cometidos por aquéllos. El último, el de Gabilondo, anunciando que no gobernaría con Podemos, lo que era una censura indirecta a Pedro Sánchez por mantenerlo. Al darse cuenta, el profesor de Metafísica intenta arreglarlo diciendo que no quiso decir lo que dijo. Pero lo único que consigue es airear su error.

Falta poco más de un mes para ir a votar, y va a ser de infarto. Sigan por tanto las encuestas y su efecto arrastre sobre el voto huérfano de Ciudadanos. A nadie le gusta apostar al perdedor. Sin asustarse de las paradojas▶ están de moda.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain