El candidato de Cs: quemarse o dejar un vacío en el Congreso
Si da el salto a la Asamblea de Madrid, Arrimadas perderá a su mejor diputado
El consenso es abrumador▶ Edmundo Bal era y es el mejor candidato del que dispone Ciudadanos (Cs) para plantar cara en la Comunidad de Madrid e intentar alejar el fantasma del extraparlamentarismo. Su victoria en las primarias celebradas este lunes, en las que cosechó el 89 por ciento de los votos de los afiliados madrileños, es fiel reflejo de la confianza interna que aglutina.
No obstante, la apuesta de Cs es también un órdago de riesgo. La renuncia de Ignacio Aguado en favor de la candidatura de Bal se contempló con admiración en el partido que lidera Inés Arrimadas, pero ahora el abogado del Estado sitúa a los suyos en una situación de ‘susto o muerte’. La esperanza depositada en él para que los liberales mantengan la representación en la Comunidad de Madrid abre dos frentes posibles.
El primero, que situaría a Cs en una situación todavía más delicada, se dará en el caso de que los liberales no alcancen el ansiado cinco por ciento del voto el próximo 4 de mayo –el mínimo legal para poder entrar en la Asamblea de Madrid–. Si Bal no rebasa esa cota, permanecerá como diputado nacional en el Congreso porque, al contrario que Pablo Iglesias, no renunciará a su acta hasta conocer el resultado de los comicios.
Bal se guarda con ello en la manga un plan B y la posibilidad de continuar después con su labor parlamentaria. Las fuentes consultadas subrayan que incluso con Aguado, en las primeras encuestas algunas los situaban dentro de la Asamblea madrileña –no la de ABC, que relegaba a Cs al extraparlamentarismo–. Pero en Cs confían en que el revulsivo de Bal les garantice representación. Si no lo logra, en cualquier caso, su figura sufrirá un inevitable desgaste por el revés político.
La otra posibilidad, y la que Cs desea y cree que sucederá, es que sí consigan representación en la Asamblea de Madrid. Pero este segundo escenario, aunque más benévolo para los intereses de Arrimadas, supondría un quebradero de cabeza en el Grupo Parlamentario de Cs en la Cámara Baja. Si Bal da el salto a Madrid, el partido perderá a su diputado estrella.
No solo valoran sus intervenciones parlamentarias y su papel como portavoz adjunto –habitualmente es él, y no Arrimadas, quien comparece tras cada reunión de la Junta de Portavoces–. Sino que en el grupo parlamentario es muy apreciada su aportación en cualquier cuestión técnica. «Es impresionante. Le llamas, le preguntas cualquier cosa, y te contesta al instante citándote distintas leyes y sin necesidad de consultar nada. Lo buscas y tiene razón siempre», comenta un diputado de Cs.
Un mal menor
Ese, el de perder a Bal, sería el mal menor porque supondría su desembarco en la Asamblea de Madrid, en la que Cs aspira a ser llave para que «no entren los extremos» en el Gobierno regional. «Perderíamos nosotros, pero ganarían los madrileños», apunta otro diputado de la formación.
Si Bal se marcha, Arrimadas debería nombrar a otro portavoz adjunto y estaría por ver si le entrega o no los galones y el peso político que ha asumido Bal en este tiempo. Este martes, tras la Junta de Portavoces, fue Guillermo Díaz, diputado por Málaga, quien compareció ante los medios. Él negó que fuese un gesto indicativo de algo, aunque es cierto que es uno de los nombres que se baraja, llegado el caso, para sustituir a Bal. También los de María Muñoz y Sara Giménez, ambas en alta estima en las parcelas económica y social, respectivamente. En Cs, por ahora, evitan abrir el melón y tiran de cita histórica▶ «Cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente».